El fin de la temporada estival trae consigo un nuevo ciclo para la actividad y objetivos de negocio de cualquier empresa. Especialmente, en el caso de aquellas compañías que todavía están en proceso de recuperación, y que perciben septiembre como el momento perfecto para ajustar estrategias, optimizar recursos y explorar nuevas oportunidades de mercado de cara a los próximos meses.
Según la última edición del Informe Europeo de Pagos de Intrum, estudio anual que analiza la salud financiera y las tendencias de pago de las empresas de 25 países europeos, el 39% de las entidades españolas se encontraría en esta situación vulnerable, describiendo su negocio como más débil respecto a hace un año en términos de ingresos, eficiencia y resiliencia.
Un porcentaje de respuesta que, aunque elevado, situaría a nuestro país como uno de los menos negativos, por debajo de la media europea en términos porcentuales (44%). En concreto, España ocupa la cuarta posición por la cola, tan solo por encima de Bélgica (38%), Países Bajos (38%) e Irlanda (36%), y por debajo de territorios como Alemania (48%), Francia (44%) e Italia (42%). Al otro extremo estarían Croacia (55%), Hungría (51%) y Austria, Eslovenia, Portugal, República Checa y Serbia, los cinco con un 49%, como los países con mayor porcentaje de empresas en esta situación.
Estas cifras estarían en línea con el Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas del Banco de España correspondiente al primer semestre de 2024, que muestra un aumento moderado de la proporción de empresas vulnerables, en un contexto de menor dinamismo de los excedentes, que se habrían visto presionados por el aumento de los gastos de personal y financieros. No obstante, este nivel de vulnerabilidad sería reducido en términos históricos.
La eficiencia y el ahorro de costes, por encima de la inversión en crecimiento
En este escenario, es importante que las empresas sigan aprovechándose de la mejora de las perspectivas económicas y adopten medidas para fortalecer su estabilidad financiera y adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado. En este sentido, según el estudio elaborado por Intrum, el 53% de las entidades de España ha cambiado su enfoque de crecimiento hacia una mayor eficiencia y ahorro de costes, priorizando la optimización de recursos y la reducción de gastos como estrategias clave para enfrentar los desafíos actuales.
Este contexto de cautela estaría, en parte, justificado por la actitud de las empresas hacia el crédito. De acuerdo con el Informe Europeo de Pagos, el 48% de las organizaciones de nuestro país señala que el elevado coste de financiación le está llevando a ser más reservado a la hora de invertir en el crecimiento del negocio.
A esta dificultad, las empresas suman el reto de los impagos como otra de las razones que están afectando al impulso de su negocio. Un reflejo de ello es que el 85% de las compañías españolas reconoce que el cobro tardío de facturas les está obstaculizando la inversión en iniciativas estratégicas de crecimiento: el 53% indica que un poco, el 23% refiere que de forma significativa y el 9% responde que lo está haciendo muy significativamente.
Estas cifras reflejan que, aunque las empresas se enfrentan a un contexto desafiante, ahora que las perspectivas económicas mejoran, tienen la oportunidad para reevaluar estrategias y optimizar su eficiencia operativa. La llegada de septiembre permite hacer este análisis, adoptando un enfoque proactivo y resiliente, y alineando sus objetivos con las condiciones del mercado para asegurar un crecimiento sostenible y fortalecer su posición competitiva en los próximos meses.
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