Una de las razones por las que cada vez más compañías deciden trabajar con freelancers es la alianza que se crea entre estos profesionales y sus empleados, llegando a formar así equipos de alto rendimiento. Y es que, en muchas ocasiones los freelancers cuentan con habilidades específicas que a veces no se encuentran en la organización. Esto se debe a que tienen que moverse para trabajar, y de la misma forma, evolucionar para mantenerse competitivos en un mercado que cambia rápidamente.
Tanto es así que según el Informe del Freelancing en Europa de 2024 de Malt, el mayor marketplace de freelancers en Europa, los freelancers dedican una media de cuatro horas semanales a la formación y al desarrollo de sus habilidades, ya sea por el mero impulso de su curiosidad o para mejorar su competitividad en el mercado.
Este compromiso con el aprendizaje constante explicaría por qué el 60% de los freelancers españoles a tiempo completo considera que cuenta con más habilidades específicas que sus clientes. Una percepción que puede variar en función de la empresa en la que colabora cada autónomo. Mientras que en las pequeñas empresas, los freelancers cubren carencias en los equipos debido a los recursos limitados, en las grandes empresas, que cuentan con más medios internos, la contratación de estos profesionales se realiza de forma más estratégica cubriendo posibles gaps de talento dentro de la organización.
El objetivo en ambos casos es el mismo, crear “superequipos” que combinen el conocimiento de los empleados fijos sobre la cultura, procesos y objetivos de la empresa, además de su experiencia y las lecciones que han aprendido de proyectos anteriores, junto con la visión fresca de los freelancers, su facilidad para adaptarse al cambio y la adopción temprana de nuevas tecnologías, así como su dilatada experiencia en otras empresas o industrias.
Es más, retomando esa sensación de brecha de habilidades, se aprecia que son los freelancers con roles de consultoría empresarial (73%) y tecnología y data (66%) aquellos que afirman tener un nivel de competencias mayor que el de sus clientes. En estos casos, el tiempo que los freelancers dedican a desarrollar sus habilidades asciende a las cinco horas de media semanales, lo que permite diversificar su oferta de servicios, así como ampliar sus competencias en nuevos avances tecnológicos como el uso de la Inteligencia Artificial.
Las principales motivaciones para aprender nuevas habilidades se centran en la inquietud personal (68%), la actualización ante las nuevas necesidades de los clientes (49%), continuar las tendencias del sector (45%), así como la necesidad de obtener más proyectos (44%). Solo en el caso de los autónomos españoles, el estímulo de mejorar su competitividad frente a otros freelancers se sitúa como el principal estímulo.
Todo ello hace que las habilidades de estos profesionales sean hasta un 25% más innovadoras que la media del mercado. Pero no solo eso, sino que esta innovación unida a las habilidades y conocimientos de los trabajadores de la empresa da lugar a una mayor flexibilidad y una gestión fluida donde los expertos independientes pueden aportar una visión externa muy necesaria para que un proyecto sea un éxito.
“Los freelancers se han convertido en profesionales muy codiciados por su experiencia, sus conocimientos especializados y sus competencias disruptivas. Al no contar con un rol fijo, tienen la posibilidad de adquirir libremente tantos conocimientos como puedan por sus propios medios. De esta forma, los motivos por los que aprenden nuevas habilidades no se deben a que estén obligados a hacerlo, sino a que quieren hacerlo. No solo eso, sino que la combinación de estas habilidades con las de los trabajadores fijos de la empresa hace que se creen superequipos que aprovechan la estabilidad y la experiencia de los empleados fijos con las nuevas ideas de los autónomos.”, concluye Ernesto Ortega, Director de Marketing y Comunidad de Malt España.
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