Tomando como punto de partida la idea de que la igualdad de oportunidades se hace posible gracias a la educación, el sector turístico destaca por llevar años llevando a cabo una formación continuada y consiguiendo que las pequeñas empresas se conviertan rápidamente en medianas y estas en grandes compañías. En este escenario, ¿qué podemos esperar del futuro de la educación y el empleo en esta industria? Con el objetivo de responder esta pregunta, se ha celebrado un evento en Madrid englobado en los ciclos de desayunos de debate #LaIndustriaDeLaFelicidad, organizados por el Grupo Hotusa, en el que han participado Fátima Báñez, presidenta de la fundación CEOE, y Javier Ramos, rector de la Universidad Rey Juan Carlos.
Para analizar la situación actual del sector, a lo largo de la cita se han abordado dos puntos esenciales. El déficit del talento, un desafío al que se enfrentan más del 50% de las empresas en la medida en que, según se ha destacado, uno de cada ocho puestos de trabajo se queda sin cubrir, lo que frena su desarrollo. Y, también, unido a este elemento, el impulso de la educación en todos los niveles, así como su vinculación a la empleabilidad del sector.
Formación como palanca de desarrollo
Tal y como ha resaltado Báñez, la industria turística es un motivo de orgullo para España gracias a que “tiene el mayor nivel de competitividad del mundo” y ocupa la segunda posición, también a nivel mundial, en recepción de turistas. Las mujeres presentan una participación mayoritaria y, además, según ha informado, espera que en la próxima primavera se consiga la ansiada recuperación, alcanzando los niveles prepandemia. En esta línea, atendiendo a los retos marcados durante la cita, la dirigente ha subrayado que uno de los grandes problemas que debe afrontar el sector es la dificultad a la hora de captar talento.
Por una parte, “los jóvenes no ven atractivo el sector” y en los últimos años se ha ido perdiendo afluencia de este colectivo, por lo que uno de los principales objetivos debe centrarse en acercar la industria a las nuevas generaciones. Mientras que, en segundo término, se encuentra el nivel formativo. Es decir, a pesar de que se trata de un campo donde la mano de obra va adquiriendo nivel en todos los perfiles profesionales, una gran parte aún cuenta con “baja formación”. El 40% de los trabajadores tiene nivel ESO y el 60% alcanza el nivel de Bachillerato. El 10% cuenta con Formación Profesional de primer grado, otro 10% Formación Profesional de segundo grado y el 20% son universitarios, vinculados estos últimos con funciones directivas.
En este escenario, para la que fuera ministra de Empleo, España cuenta con una falta de desarrollo “muy importante” en Formación Profesional, a diferencia de Europa donde representa una “gran palanca de empleabilidad”. Y la razón, en gran medida, es un tema cultural. “Los padres pensaban que era algo de segunda categoría”, explica mientras afirma que, actualmente, “tiene niveles de empleabilidad por encima del 80%”.
¿Qué se busca en un profesional?
Para Báñéz, en lo que respecta a los directores de Recursos Humanos, su trabajo actualmente está centrado en encontrar profesionales que cumplan tres requisitos: conocimiento de idiomas, manejo de nuevas tecnologías y habilidades en competencias blandas. Tres aptitudes “fundamentales a nivel transversal en todas las vacantes que tiene que cubrir el sector”.
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