Durante el último año la energía se ha convertido en el tema de conversación principal de grandes y pequeños empresarios. La volatilidad es una de sus señas de identidad y algunas de las consecuencias más negativas que han acarreado los aumentos en la factura eléctrica han sido las paradas de producción o las subidas de precios, que han implicado una bajada de la competitividad de las organizaciones. A continuación, DIRIGENTES analiza junto a Fernando Vázquez, socio consultor y co-Area developer en Expense Reduction Analysts, qué pueden hacer las empresas para reducir su consumo.
Para comenzar, el experto apunta en tres direcciones para lograr rebajar la factura de la luz de forma útil, sencilla y dirigida al largo plazo. En primer lugar, propone a las empresas hacer una buena auditoría energética de la compañía para conocer dónde se localizan los mayores consumos de energía y cómo es posible mejorarlos. “El kWh más barato es el que no me gasto”, afirma.
En este escenario, Vázquez aclara que grandes y medianas compañías ya han tenido que hacer auditorías energéticas en los últimos años por imperativo legal (RD 56/2016). Sin embargo, sostiene que “muchas de ellas se desarrollaron con el objetivo de cubrir el expediente”, por lo que su recomendación es que el enfoque “sea completo y con visón de buscar actuaciones concretas para optimizar el consumo energético”. Además, unido a este punto, indica que, aunque es cierto que este tipo de análisis y actuaciones pueden requerir de inversiones en nuevos equipos y mejoras, “actualmente se ha abierto una gran variedad de opciones de financiación que pueden ayudar a las empresas en estas iniciativas”.
Otra de las propuestas de Expense Reduction Analysts es la evolución de sistemas de autoconsumo para generar ahorros en la factura energética de la compañía. En su opinión, todas las tecnologías, ya sea solar, solar con almacenamiento o aerotermia, entre otros ejemplos, aportan beneficios. No obstante, en función de las características y necesidades de cada compañía, unas se ajustarán mejor que otras, por lo que a la hora de elegir qué tecnología implementar es “fundamental” contar con “un asesoramiento profesional y sin sesgo para elegir la mejor alternativa”.
Asimismo, en este punto el experto hace hincapié en la idea de que, a pesar de que una empresa puede instalar sistemas que le permitan autogenerar energía para su uso, “no significa que se puedan independizar de la red”. De hecho, “no es recomendable”. “La instalación de este tipo de sistemas puede ayudarnos a mejorar nuestros costes energéticos”, explica, “pero no para pensar que podemos ser autosuficientes. Al menos con las tecnologías existentes hoy en día”.
Por último, Fernando Vázquez sugiere realizar, por una parte, una definición de una estrategia de compra de energía y, por otro lado, un seguimiento periódico del mercado que permita a la empresa “comprar esos KWh que necesito de forma más barata”. Tal y como comenta, no se trata de una tarea sencilla. “Se requieren personas especializadas en ello”, detalla, pero “es un servicio que se puede obtener fuera de la empresa”.
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