2023 se presenta como un momento retador para la industria publicitaria. Un contexto de incertidumbre global dentro de una época histórica de revolución digital, en la que habrá que poner en valor la fórmula habitual de estrategia, innovación, creatividad y talento, por encima de todo, para conseguir que las marcas sean relevantes en un ambiente muy competitivo y cambiante.
Audiencias cada vez más diversificadas, la aparición de múltiples canales y los cambios en los hábitos de consumo, nos hace enfrentarnos al desafío de construir marcas de manera consistente, con legitimidad y diferenciación, que lleguen y sean reales para los targets.
Sin duda, el número de impactos publicitarios que recibimos como consumidor no paran de multiplicarse. La capacidad de conexión emocional, de generación de reacciones y de hacer que los mensajes publicitarios sean más memorables y efectivos es lo que hace mágico y muy complicado nuestro negocio. Las nuevas tecnologías y los canales y formatos emergentes se tienen que convertir en nuestros aliados para llegar a un público retador, diverso y en constante evolución.
Hoy TikTok es tan relevante, que, en nuestro país, un nuevo medio deportivo como Relevo ha elegido esta red como plataforma de lanzamiento y principal canal de comunicación. Y no es un caso aislado. Es habitual que los usuarios jóvenes acudan a TikTok para realizar las búsquedas que tradicionalmente se hacían en Google. Podemos decir que se trata de la evolución natural de una sociedad centrada en la imagen.
Igualmente, los datos evidencian que aumenta el número de marcas que confía una parte importante de su presupuesto al marketing de influencia, cada día es más profesionalizado y metódico. Las marcas saben que un buen influencer no es el que más seguidores tiene sino el que mejor le representa de cara a sus clientes y, desde luego, le reporta mejores KPIs comparables con otras vías masivas hasta ahora intocables.
La irrupción de las nuevas tecnologías está permitiendo nuevas formas de creatividad y engagement que antes eran impensables. El uso de la inteligencia artificial (IA) ya es una realidad y estos nuevos formatos, igual que los menos novedosos, hay que conocerlos, entender su rol e integrarlos en planificaciones cada vez más extensas y completas.
Lo cierto es que nunca habíamos contado con tantas posibilidades para analizar y entender a nuestro público y buscar vías eficaces para impactarles.
Una estrategia bien definida ayuda a entender las necesidades del cliente y el terreno de juego para que la creatividad fluya y sea más efectiva, mejorando la capacidad de establecer una conexión emocional con las audiencias. La creatividad es, y siempre será, ese jugador estrella que marca la diferencia. Las ideas y cómo ejecutarlas es la esencia de nuestro negocio, lo que realmente convierte las piezas en recuerdos o experiencias únicas que nos generan sensaciones y motivaciones que guardamos en nuestra memoria.
Tenemos que pensar en campañas con piezas que duran semanas en una valla exterior o segundos en un reel de una red social. Las agencias nos hemos tenido que adaptar a este ritmo y modo de trabajo siendo mucho más ágiles y flexibles en la búsqueda de perfiles y talento.
Nuestro sector es un reflejo de las motivaciones y cambios sociales. Por ello, no hay que perder de vista la necesidad de poner mayor énfasis en la responsabilidad social y ambiental, así como un mayor enfoque en una representación más auténtica e inclusiva de las campañas publicitarias.
Opinión