A través del despliegue de una conectividad de última generación, en Cellnex trabajan para impulsar y facilitar la innovación tecnológica, acelerar la transformación digital y el crecimiento económico inclusivo. Y es que algunas situaciones cotidianas como el control de aforos en espacios con alta afluencia, la gestión de aparcamientos para organizar el espacio, la regulación del tráfico, la detección automática de fugas de agua, la tele lectura a distancia de contadores o la recogida inteligente de residuos gracias a la sensorización de contenedores que permite detectar si están llenos para facilitar la optimización de las rutas de recogida de los mismos son solo unos pocos ejemplos de sus aplicaciones más habituales.
Para lograrlo, su experiencia está basada en el despliegue, mantenimiento y operación, entre otras, de redes de Internet de las Cosas (IoT) a las que, en la actualidad, se conectan a diario más de tres millones de objetos y se unen también los múltiples servicios que se derivan. En este sentido, este tipo de redes destacan por su bajo ancho de banda, su largo alcance, su robustez y por ser energéticamente eficientes. En este escenario, la compañía sigue desplegando nuevos proyectos basados en esta tecnología entre los que destacan recientemente: la UNED y la Abadía de Montserrat.
Tecnología IoT e Inteligencia Artificial en la UNED
El primero de los proyectos tiene su foco puesto en una mejora de la experiencia de los usuarios. La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ha adjudicado a Cellnex un proyecto para impulsar la eficiencia energética de las instalaciones mediante la monitorización en tiempo real de la climatización e iluminación de sus campus universitarios. Su objetivo es reducir y optimizar los consumos energéticos, especialmente cuando los espacios están vacíos.
No obstante, también pretenden mantener las condiciones preconfort y, al mismo tiempo, evitar sobrecostes derivados de la reducción o elevación de las temperaturas en periodos de no ocupación, así como diferencias drásticas entre unos emplazamientos y otros que pueda llegar a afectar a su mantenimiento. En este punto, se estima que estas mejoras energéticas pueden suponer al menos un 15% de ahorro en el conjunto de los edificios de la institución educativa, en un momento en el que es clave optimizar el consumo energético también pensando en el medio ambiente.
De este modo, su estrategia pasa por la instalación de sensores que permitan recoger, transmitir y monitorizar datos relacionados con la detección de ocupación, temperaturas y luminosidad. Para lo cual, se servirán de algoritmos de Inteligencia Artificial (IA) encargados de analizar la información registrada y dar órdenes sobre los sistemas, consiguiendo así que la UNED dote de inteligencia a los edificios siguiendo los criterios de digitalización impuestos por la Unión Europea. Además, la implantación de estas herramientas tecnológicas también le permitirá avanzar en la configuración de un Sistema de Información integral que mejore la eficiencia energética de las instalaciones, en línea con los Programas asociados al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia impulsado por el Gobierno de España.
Una smart city en Montserrat
En el marco de la celebración del Milenario del Monasterio de Montserrat, que tendrá lugar el año 2025, la Fundación Cellnex y la Fundación Abadía de Montserrat han firmado un acuerdo de mecenazgo a través del que se dotará al Santuario y su entorno de la tecnología y los servicios de conectividad propios de una smart city. Esta iniciativa tiene el objetivo de desplegar un sistema integral de IoT formado por tres elementos: sensores, una red de transmisión de datos y una plataforma informática para la recogida, monitorización y gestión proactiva de datos en tiempo real y a distancia.
De esta manera, una vez implantada esta tecnología Montserrat podrá gestionar de manera eficiente los aforos de espacios como la Basílica de Santa María, el Camino del Camarín de la Virgen o el Museo del Monasterio. También se controlará el nivel de ocupación conjunta de los aparcamientos situados en la carretera de acceso y el nuevo parking subterráneo del Monasterio, así como el control de la calidad del aire y la prevención y detección de cualquier tipo de intrusión en los centros aislados y alejados de la Abadía.
Se trata de unas acciones que repercutirán directamente en un mejor servicio tanto a la comunidad benedictina que lo habita como a los visitantes y peregrinos del Santuario, de forma que puedan disfrutar de una estancia acorde con las necesidades actuales. Así, por ejemplo, se instalarán sensores de CO2, temperatura y humedad en algunos de los lugares con más afluencia de público, tales como las tiendas y los espacios de restauración, con el objetivo de controlar de forma permanente el nivel de calidad del aire y activar, en caso de necesidad, los recursos adecuados para una correcta ventilación de los espacios.
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