ENAIRE, gestor nacional de navegación aérea, implantó en octubre una reestructuración de las maniobras de espacio aéreo al Aeropuerto de Tenerife Sur (proyecto NIVARIA) que, ha mejorado la operatividad de todos los vuelos del citado Aeropuerto y de sus sectores de aproximación, así como sus conexiones con otros aeropuertos canarios.
El objetivo del proyecto ha sido dar cumplimiento a los requisitos reglamentarios europeos así como optimizar la gestión del tráfico aéreo, proporcionando, además, una mejora de la eficiencia en las operaciones aéreas. Adicionalmente, ha permitido aumentar la accesibilidad al Aeropuerto, dado que se implantan procedimientos de vuelo basados en el concepto de navegación por prestaciones (PBN), minimizando la dependencia actual de las radioayudas terrestres, con el ahorro económico y las ventajas operacionales que ello supone.
Más seguridad, más sostenibilidad
El desarrollo de este proyecto incluye modificaciones y mejoras en los procedimientos de salida, llegada y aproximación instrumental en el Aeropuerto de Tenerife Sur, además de las conexiones con otos aeropuertos del archipiélago, utilizando para ello las tecnologías más avanzadas en el diseño del espacio aéreo.
Los beneficios esperados con la implantación del proyecto son de diferente naturaleza e influyen en diferentes actores relevantes del transporte aéreo. En relación con la seguridad operacional, la implantación del proyecto NIVARIA redundará en un aumento de la predictibilidad de las maniobras como consecuencia de la estandarización de las mismas, así como en una disminución de la complejidad de la gestión del tráfico aéreo, circunstancia que beneficiará tanto a la gestión en cabina por parte de los pilotos como a los controladores en la gestión del tráfico aéreo.
Desde el punto de vista medioambiental, la nueva estructura de espacio aéreo de NIVARIA y sus procedimientos asociados posibilitan que las aeronaves realicen unos perfiles de vuelo más eficientes. En este sentido, dado que los cambios propuestos mejorarán la gestión del tráfico aéreo y los flujos de salida y llegada al Aeropuerto, se conseguirá una reducción del tiempo y recorrido de vuelo y, por tanto, una disminución del consumo de combustible y de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
Mejoras económicas y calidad de servicio
El proyecto NIVARIA también conlleva una serie de mejoras directamente relacionadas con la puntualidad y la reducción de demoras lo que, consecuentemente, conlleva un ahorro en términos económicos para las compañías aéreas.
El proyecto NIVARIA permite una gestión más eficiente de las operaciones lo que se traduce en una reducción de la distancia volada por las aeronaves que permitirá una disminución en el gasto de combustible y en la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. Por otro lado, el uso de la navegación por satélite, permitirá a futuro una racionalización de las instalaciones terrestres lo que facilitará la reducción de los costes de mantenimiento y reposición de estas instalaciones. En definitiva, la puesta en servicio del proyecto NIVARIA supondrá grandes beneficios desde el punto de vista de la seguridad, de la eficiencia de las operaciones, y de la sostenibilidad medioambiental.
La implantación del proyecto NIVARIA y la modernización de los procedimientos llevada a cabo por el mismo permitirán satisfacer los requisitos normativos que están actualmente dispuestos para los años 2024 y 2030 en el Reglamento Europeo de Ejecución (EU) 2018/1048, respecto a la necesidad de disponer de unas rutas de salida y llegada instrumental basadas en el concepto PBN, así como unas aproximaciones basadas en tecnología satelital.
El proyecto ha pasado por el análisis medioambiental correspondiente, las consultas a usuarios preceptivas y la aprobación del cambio por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y de la Comisión Interministerial entre Defensa y Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (CIDETMA) de manera previa a su incorporación a la publicación de información aeronáutica AIP-España.
Durante las primeras semanas tras la implantación, se aplica un plan de transición aprobado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), con el fin de comprobar la correcta implantación y adaptación de los nuevos procedimientos.
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