Sumar años y experiencia (y, en el caso de Dirigentes, son ya 400 números editados) siempre es un valor que hay que tener en cuenta. Y cuando uno va alcanzando un número importante de años o de revistas se da cuenta de que, gracias a haber seguido aprendiendo, está vivo, intelectualmente, y coleando, con nuevos formatos de la publicación. Un aprendizaje constante y una adaptación continua a las novedades tecnológicas y sociales, que en los últimos años no han sido pocas. Y que en los próximos serán aún más.
Definir estrategias que miren hacia ese futuro plagado de cambios es más que necesario para que las organizaciones sean sostenibles (resilientes), para que se mantengan vivas y evolucionen a través de la innovación. Esto es lo que desde el Club Excelencia en Gestión hemos denominado ‘Gestión 5.0’, un concepto para ir preparándose a los tiempos que vienen y que nos puede ayudar a suavizar los vaivenes, que los cambios en el entorno provocan en la organizaciones.
Nuestro objetivo, desde el Club, es orientar en como gestionar las macrotendencias, como la disrupción digital, la integración de diversas generaciones, la automatización de procesos, la dispersión de la población, el incremento de las crisis ambientales, la demanda de capacidades diferentes, el gobierno ético de la organización, el boom de la economía colaborativa, el aumento de la regulación o las incertidumbres geopolíticas, entre otras.
Y todo ello utilizando varias palancas clave: las personas y el talento; la innovación y la tecnología; los ecosistemas y alianzas; y el liderazgo y la comunicación. Así se perfiló en nuestro último Foro Anual y en un informe posterior, publicado recientemente: Las claves de la Gestión 5.0 que, sobre todo, tiene muy en cuenta el valor de las personas, que deben estar en el centro de las organizaciones.
Lo hemos visto a lo largo de ese tiempo del que hablábamos al inicio de este artículo, así como en las respuestas que recibimos de las organizaciones que pasan por el Club: aquellas que ponen su máxima atención en las personas que conforman sus grupos de interés (clientes, trabajadores, proveedores, inversores, asociados, etc.) y que apuestan por la diversidad auténtica, en este ámbito, son las más sostenibles y exitosas, no solo económicamente. Y las organizaciones que además pongan el énfasis en seguir aprendiendo y hacer que sus personas sigan aprendiendo (Life Long Learning), son las que tienen garantizada la sostenibilidad y la adaptabilidad.
Y este continuo aprendizaje y reaprendizaje permite seguir apostando por la innovación y las nuevas tecnologías, así como por la ciberseguridad, que son herramientas que ayudan a las organizaciones, y a quienes las conforman, a ser más eficaces, eficientes y a generar nuevas oportunidades. Por otra parte, el desarrollo de la economía, en ecosistemas centrados en clientes, exige desarrollar, cada vez más, las alianzas y la cocreación, la creación compartida con entidades de entornos similares, o no tan similares pero con las que se pueden aprovechar sinergias.
En todos estos apartados, el liderazgo y la comunicación es esencial, tanto de puertas hacia dentro como hacia fuera. Una comunicación que ha de ser bidireccional, apoyada en una escucha activa que sirva para adoptar medidas útiles para el crecimiento de la organización y de todo lo que la rodea.
Por ejemplo, para conocer las preocupaciones y necesidades de los grupos de interés y generar soluciones sostenibles que permitan una mejora de su calidad de vida, al mismo tiempo que incrementamos su confianza en la organización. O también para forjar y atraer un talento sin una edad predefinida muy necesario en multitud de empresas, instituciones, entidades y fundaciones.
Son muchos los réditos que pueden aportarnos las estrategias basadas en esa ‘Gestión 5.0’ que, en definitiva, busca generar riqueza y bienestar para todos de una forma ética, transparente y comprometida. Y siempre ayudando a afrontar los retos del mañana.
Opinión