Una de las mayores preocupaciones que hoy manifiesta la industria turística en el mundo es el déficit de recursos humanos para suplir, por un lado, las grandes transformaciones que vive un sector todavía muy demandante de empleo y, por otro lado, la gran dimisión de trabajadores producida a todas las escalas desde la pandemia.
En el primer caso observamos, no una carencia específica de formación en general, más o menos cualificada, sino de aquella requerida por nuevas herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial generativa, capaces de producir saltos en la gestión de los productos turísticos. El segundo caso nos obliga a una reflexión más profunda, pues la desafección de las personas por las tareas mecánicas y tan encorsetadas como el back office de un hotel tiene un componente más emocional que económico, y su mitigación tampoco pasa ya por la exaltación interna de dichos factores emocionales, como la mejor de las recompensas no atraería hoy ya a los aguadores, los serenos o las ‘chicas del cable’, definitivamente extinguidos del mercado laboral. La alternativa incide necesariamente en cambios trascendentes en el modelo de negocio.
En la Alianza Hotelera, como en los demás operadores de la economía turística, encontramos dificultades en la retención de talento, pero sobre todo en la definición del nuevo talento requerido para hacer funcionar un alojamiento turístico en una sociedad cada día más automatizada, más avanzada en tecnología y con una clientela más empoderada por las redes relacionales de personas y el uso tecnológico de los nuevos sistemas de distribución.
Un 20% de los casi 5.000 empleados con nómina en las 22 cadenas que forman esta agrupación de empresas hoteleras trabajan en el área de la restauración, ya sea en la cocina (9%) o en la sala (11%). El departamento más nutrido, con un 16%, cubre el área de recepción. Apenas el 4% forma parte del staff directivo. Y el contingente de limpieza, que debería suponer el mayor demandante de empleo, solo supone el 14% del total de empleados debido a que esta área operativa funciona en gran parte externalizada.
Los costes del empleo por habitación y año oscilan entre los 34.000 euros, en el caso de los hoteles más boutique y con clasificación de cinco estrellas; los 8.500 euros, en la línea de los establecimientos de tamaño y categoría medios; o los 5.500 euros, que representan los costes laborales de nuestros establecimientos con mayor capacidad y de categoría alta, pero no de lujo. Así, la media de coste laboral por habitación/año en el conjunto de la Alianza Hotelera asciende a 11.639 euros.
A menudo las organizaciones sindicales sitúan el exceso de horas de trabajo como un causante directo de la carestía laboral en el sector turístico. Sin embargo, la estadística de la Alianza Hotelera contradice este argumento: el 84,51% cumple las 40 horas de trabajo semanales sin necesidad de ninguna hora extra. Y el 15,49% restante trabaja por debajo de las 40 horas.
Respecto a la igualdad en el contingente laboral de la Alianza Hotelera hay que subrayar que el 58,89% de los trabajadores contratados corresponde a empleo femenino. Y no precisamente al menor rango laboral, normalmente externalizado. Las mujeres conforman mayoría en los equipos directivos de casi todas las cadenas aliadas, principalmente en las áreas de marketing, ventas y recepción.
Y en el sesgo identitario también cabe desmentir algunas apreciaciones sobre la procedencia del empleo, pues en el conjunto de la Alianza Hotelera el 80,67% de quienes trabajan son españoles por únicamente el 19,33% de extranjeros de más de 30 nacionalidades distintas. Como parece lógico imaginar, la mayor parte de los españoles están asignados a puestos directivos, lo que pone de manifiesto la tendencia creciente de las cadenas aliadas por abrazar un modelo de negocio más orientado hacia la tecnología y la gestión automatizada de procesos que hacia las labores rutinarias ejecutadas por humanos. Vivimos actualmente un momento de transición que liberará al trabajo humano de sus funciones más alienantes y lo dotará mediante una tecnología más avanzada de otras funciones más creativas y empáticas en la gestión de alojamientos turísticos.
Por esta razón, la Alianza Hotelera está comprometida actualmente con un programa de empleabilidad que reúne y asocia entre sí los tres requerimientos fundamentales de la captación y retención de talento en esta sociedad tecnológica del siglo XXI.
En primer lugar, un programa de contratación internacional del talento humano que necesitamos. Recursos humanos debidamente formados en las mejores universidades y dotados del conocimiento requerido por unas herramientas tecnológicas que cambian cada día y deben ser parte del acervo evolutivo de cada persona empleada. Algunas agencias internacionales, como Universal Blue Ocean, con sede en Dubái, y Live It Out, con sede en Barcelona, llevan ya un tiempo procurándonos el talento que algunas de las cadenas aliadas requieren para la puesta en marcha de nuevos establecimientos hoteleros, como ha sido el caso de la transformación de la Real Fábrica de Paños de Brihuega en el nuevo hotel de lujo Castilla Termal Brihuega, a 40 minutos de Madrid.
En segundo lugar, un programa de formación basado en el aprendizaje compartido de nuevas herramientas y no en la enseñanza de herramientas ya conocidas. Actualmente estamos impartiendo, mediante una asociación con Telefónica, un ciclo de talleres sobre inteligencia artificial generativa aplicada a hoteles en diversas ciudades españolas, que prolongaremos durante todo el ejercicio 2024.
Y, en tercer lugar, un ecosistema de incentivos laborales a través de lo que hemos denominado el Portal del Empleado, dentro de nuestra web y solamente accesible para nuestros 5.000 trabajadores. Comprende desde una plataforma propia de gestión de recursos humanos, con tecnología de nuestro proveedor Nivimu, con sede en Murcia, hasta un club de incentivos con más de 400 descuentos en hoteles y experiencias anexas, como puede ser la adquisición de un vehículo a precios ventajosos o una entrada exclusiva para un concierto, exposición de arte o un parque de atracciones.
Sin duda, el principal incentivo para trabajar en la sociedad tecnológica del siglo XXI no es el crematístico, ni el puramente funcional. No es el confort ni la obtención de privilegios. Lo que todos perseguimos hoy es el reconocimiento social, la valoración de nuestro rol en la empresa y la trascendencia de nuestras aportaciones a la sociedad. Al conjunto de la Alianza Hotelera nos mueve la curiosidad, la exploración de los límites conocidos, la perplejidad del conocimiento, la sensación de no saber nada pese a tener en nuestras manos todo el conocimiento del mundo. Es lo que en verdad verdad nos hace sabios y personas de progreso.
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