La incertidumbre sigue siendo una constante en la economía global lo cual sigue traduciéndose en una mayor tendencia a invertir a largo plazo. Aunque se ha registrado un desarrollo mundial próximo al 3% (lo cual se traduce en medio punto más de lo esperado), Europa manifiesta cierta debilidad y tendencias de contracción. En cualquier caso, España continúa siendo la nación que más crece en la Eurozona con una cifra de crecimiento próxima al 2,5%.
Aun así, las previsiones indican una desaceleración a lo largo del año como extensión de las tendencias ya registradas a lo largo del último trimestre de 2023. En este sentido, se pueden esperar algunos elementos clave de nuestra economía durante el próximo ejercicio.
Evolución de la economía española en 2024: lo que se puede esperar
A pesar de que el turismo ha jugado un papel importante en el crecimiento, este año perderá protagonismo. El Consenso Económico y Empresarial elaborado por PwC, en el que ha colaborado un panel de 450 expertos, directivos y empresarios, prevé una caída del consumo de las familias durante los primeros seis meses y, de acuerdo con un 74,7% de los encuestados, de forma especial, una caída de la compra de la vivienda.
Además, esto irá acompañado de una ralentización del consumo público, lo cual estará directamente vinculado con un cierta pérdida de confianza generalizada por parte de los consumidores.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que se aproxima un periodo de una mayor volatilidad en el comercio internacional y ello restringirá la aportación del saldo exterior en nuestra economía. La mayoría de los expertos coincide en que el elemento decisivo será el deterioro de los mercados exteriores en las exportaciones. De hecho, en relación con el Consenso del año pasado, hay una mayor incertidumbre. Un 46,5% de los expertos (frente a un 13,7% del pasado año) se inclinan a apostar por unos mercados exteriores desfavorables.
La demanda interna como eje de desarrollo
En definitiva, hablamos de un contexto exterior más débil por lo que la demanda interna acumulará el gran peso a nivel de desarrollo y se convertirá en el principal factor de crecimiento (de acuerdo a las previsiones, propiciará un incremento del PIB del 1,6%). Al mismo tiempo, todo apunta a un crecimiento puntual de la inflación durante los primeros periodos del año pero a esto le seguirá una clara tendencia descendente algo que, casi con toda probabilidad, estará propiciado por la evolución de los precios de la energía.
Pero eso no es todo. No podemos olvidar que a lo largo de este 2024 se producirá una fuerte inversión vinculada con los fondos NextGenerationEU dentro del marco de iniciativas de recuperación económica. Por último, todo apunta a que los ratios de empleabilidad continuarán creciendo, si bien estos lo harán a un ritmo menor al tiempo que la tasa de desempleo caerá por debajo del 12%.
A nivel global, se experimentará una desaceleración (entre otras cosas, por una ralentización más acusada de la economía china o los conflictos geopolíticos en regiones como Oriente Próximo y Ucrania). Además, también debemos hacer mención al endurecimiento de la política monetaria como otro factor de riesgo.
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