2023 ha sido un año convulso. Tras la pandemia, con unos precios extraordinariamente bajos por la caída del consumo, la invasión de Rusia a Ucrania, y los diferentes acontecimientos geopolíticos que afectan a la economía mundial, han hecho que hayamos cerrado un año 2023 de incertidumbre y eso afecta directamente, como ya hemos visto, al sector energético.
Si revisamos el histórico, podemos ver en el gráfico que la luz se ha convertido en una necesidad de lujo. Al principio se achacaba a las circunstancias anómalas que hemos vivido, sin embargo, la realidad es que seguimos sumando años en medio de esta incertidumbre que, acompañada por una “inestabilidad regulatoria” en España, desembocan en un aumento de los gastos generales de viviendas y empresas, una incertidumbre para muchos inversores a la hora de invertir y en un desconocimiento cada vez mayor del mercado eléctrico, a pesar de haber ocupado portadas y titulares.
Lo que es cierto es que para mitigar estos “daños colaterales”, hemos encontrado en la transición energética un gran aliado para contener la subida de precios y reducir los altos costes de luz y gas alcanzados en 2022. Me atrevería a decir, incluso, que no es “un aliado” sino “EL aliado”. En mayúsculas.
El sistema marginal, con el que el precio lo marca la tecnología que oferte más caro, ha hecho que los precios del gas natural disparen las facturas de electricidad de todos los españoles, a pesar de la excepción ibérica (el famoso tope del gas) y de la reducción de impuestos de la factura.
La alarmante situación vivida en los últimos 3 años ha hecho que la gente se aventure a poner placas solares en los tejados, siendo 2022 el año récord de instalaciones solares en España, lo que ha ayudado a muchos hogares y empresas a reducir los consumos, los costes y las emisiones vinculadas al consumo tradicional.
En noviembre de 2023 las energías renovables habían superado la producción del 2022, cerrando el año con una producción acumulada de 135.000 GWh, aportando más del 50% al mix de generación nacional.
La aportación de energía eólica ayudó a que el mes de noviembre tuviera los precios más bajos del año, logrando también que España sea el segundo país de la Unión Europea que más energía eólica y solar genera. La pregunta es, ante estos valores históricos de potencia instalada que hemos registrado en España en el último año, ¿hemos llegado a la cima?
En los últimos años las energías renovables, sobre todo la solar, han dado un salto tan grande que podíamos haber llegado a la punta de generación solar, lo que significaría un crecimiento más ralentizado de lo que hemos visto últimamente, por lo que habría que acelerar la inversión en almacenamiento.
Tras la revisión de peajes de acceso que entró en vigor en junio de 2021 y la cantidad de instalaciones solares de 2022 y 2023, ha dejado de tener sentido, ya que se pagan más peajes en las horas solares y la electricidad es más barata por el exceso de autoconsumo y producción solar. Por este motivo, la mayor importancia recae ahora en poder trasladar ese exceso de energía producida en horas solares a la franja horaria de 20:00 a 23:00, ya que esa franja se cubre con energía producida con gas natural, salvo los días de mucho viento que ayuda a cubrir la demanda total.
La transición energética hacia fuentes de energía más sostenibles y renovables seguirá siendo un tema clave para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y seguir promoviendo la adopción de estas energías que nos permitan seguir estabilizando los precios del mercado ante futuras crisis. En la actualidad, se encuentra abierto el debate de la energía nuclear, ya que aporta mucha estabilidad en precio y volumen, al contrario que las renovables, que son muy intermitentes en volumen de energía.
Aunque la responsabilidad mayor queda en manos de los gobiernos, la población también tiene la obligación de acercarse a conocer las diferentes tecnologías y ayudas que se ofrecen para generar energía verde en casa. ¿Cómo?, la mejor manera de incentivar esta responsabilidad es potenciando las subvenciones y ayudas.
Cada vez son más hogares los que han optado por la instalación de sistemas más eficientes como la aerotermia y/o de autoconsumo como las placas solares que permiten a los usuarios generar su propia energía, logrando ahorros significativos, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental y reducir la vulnerabilidad ante las fluctuaciones en los precios de la electricidad, provocados por situaciones como las que vivimos actualmente.
Opinión