El informe “Propiedad y sostenibilidad: ¿Aliados o adversarios?” aborda la importancia de la propiedad y la sostenibilidad dentro de la empresa y el reto que supone que ambas caminen en la misma dirección. Luis Huete profesor del IESE Business School y Antonio Nuñez, senior Partner en Parangon Partners, quienes son los autores de la obra, revelan que la sostenibilidad debe caminar de la mano de la propiedad de la empresa ya que se trata de variables interdependientes. Con ello, los autores del informe, abogan por una relación simbiótica entre la propiedad y la sostenibilidad dentro de una empresa.
Para alcanzar la anterior conclusión, los autores determinan que la competitividad de una empresa depende de factores externos, como la estructura del sector al que pertenece, cuáles son sus competidores o el cambio tecnológico, entre otros y de factores internos como el modelo de negocio, el liderazgo o la propia productividad de la empresa, entre otros. Sin embargo, dentro de los factores internos que hacen sostenible a una empresa destacan, sobre todo, la estructura y el perfil de la propiedad, destacando las sinergias entre aquellos que son piezas clave para la empresa. La configuración institucional, por tanto, persigue el objetivo de hacer que la empresa sea sostenible y competitiva.
Por otro lado, la configuración institucional debe velar, asimismo, por que la propiedad de la empresa sea un activo que añada valor a la misma y que sea adecuada para afrontar el futuro del negocio porque reúne los conocimientos, contactos, recursos financieros, motivación y talante para un crecimiento sano.
Otra gran cuestión de la que debe ocuparse la configuración institucional, según reza el informe, es el perfil de los consejeros. La figura del consejero acarrea la responsabilidad de identificar las palancas y los actores del poder en la empresa, entender los estatutos y la legislación o conocer el entramado de sociedades mercantiles, entre otros.
En cuanto a la propia configuración institucional, se trata de una parte de la política de la empresa y mantiene interdependencia con otras partes de la misma. Según explican Huete y Nuñez, dirigir aborda los asuntos a corto plazo como los resultados o la satisfacción de clientes; sin embargo, gobernar implica al largo plazo y pasa por cuidar la sostenibilidad y la salud de la empresa.
Dirigir y Gobernar, son cosas distintas, pero según el informe, se complementan. Mientras dirigir entra en la responsabilidad del Comité de Dirección, gobernar es la principal ocupación para el Consejo de Administración. Es por ello, que la propiedad y la alta dirección de una empresa deben saber dirigir y gobernar, colaborando en las cuestiones de responsabilidad compartida.
En conclusión, los autores manifiestan que es necesario identificar los aspectos de mejora en la composición y planteamiento de la propiedad, mediante el progreso entre el alineamiento de la propiedad con el equipo directivo y propiciando una buena relación entre dirigir y gobernar, para que la sostenibilidad y la propiedad se complementen.
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