Existe una revolución silenciosa que aún pocos han captado. Una nueva manera de competir.
Estamos dejando atrás una época en que las empresas luchaban unas contra otras, para adentrarnos en un mundo donde los ecosistemas son los verdaderos protagonistas del escenario.
Por un lado en el contexto de transformación perpetua que vivimos, hemos podido observar que la velocidad de los cambios se acelera aún más, y que el futuro y la visión de las organizaciones es cada vez más corta.
Por otro lado, los consumidores desean resolver sus necesidades en las diferentes áreas de la vida buscando soluciones integradas, convenientes y con una experiencia sin fricciones.
Consideremos la salud: las personas anhelan bienestar y la salud, no necesariamente los hospitales o los médicos. Encontrar los proveedores adecuados se convierte en una necesidad secundaria.
Lo mismo se aplica a la movilidad. Las personas necesitan moverse de A a B de manera eficiente, sin preocuparse por las complejidades del medio de transporte. De la misma manera en el trabajo, educación, socialización, y otras áreas.
Es decir, los clientes no buscan una “camisa”, buscan un “outfit”, una solución completa.
Y aquí esta la verdad: ninguna empresa puede proporcionar estas soluciones por sí sola!
Aún pocas organizaciones lo han entendido. Estos visionarios y visionarias han comprendido que existe una sola manera de hacerlo: la creación de ecosistemas a través de alianzas estratégicas entre socios con el mismo propósito para desarrollar propuestas de valor integradas, innovadoras, coherentes y diferenciales para sus clientes.
Han comprendido, además, que las fronteras entre empresas e industrias están desapareciendo y por eso están tejiendo una red de valor que supera todas las expectativas. Sus competidores, anclados en antiguos paradigmas, aún no son dignos adversarios en el nuevo escenario que se perfila con claridad y que les puede resultar devastadora en la arena competitiva.
No obstante, para trabajar en ecosistema debemos instaurar cambios estructurales (e.g. de modelos organizativos ágiles, flexibles, resistentes) y sobre todo establecer una profunda transformación de mentalidad tanto a nivel individual como colectivo.
Es aquí donde nace lo que he denominado “Ecosystems Leaders Mindset” (ELM) o “Liderazgo con Mentalidad Ecosistemica”.
El ELM es la habilidad de conectar personas, organizaciones y recursos dentro pero sobre todo fuera de las organizaciones para crear propuestas de valor innovadoras y diferenciales para las personas.
Este nuevo estilo de liderazgo abandona el egocentrismo para abrazar el ecocentrismo y requiere una metamorfosis personal y organizativa par tener una mentalidad de abundancia y no de escasez, una mentalidad creativa y no reactiva, una mentalidad de “coopetición” es decir colaborar y competir al mismo tiempo, abandonar el ego y vivir fuera de la organización estableciendo “cero distancia con el cliente”.
El ELM es en la actualidad más necesario que nunca, pues hoy los líderes están llamados a trascender los límites organizacionales y a convertirlas en entidades ágiles, flexibles, modulares y adaptables.
Es el momento de provocar un cambio en la mentalidad de los líderes y hacerles comprender que ya no se trata de “Ser el mejor en el mundo”, sino de “Hacer lo mejor para el mundo”.
Orlando Vergara es autor del libro EML-(Ecosystems Leaders Mindset) Del ego al eco. La gran migración hacia los ecosistemas, publicado por la editorial ésteri.
Opinión