La contribución social de las grandes empresas españolas a sus grupos de interés -empleados, proveedores, AA. PP, etc.- y a la sociedad, en general, ascendió a 574.861 millones de euros en 2022. Así lo señala el segundo informe sobre Cash flow social agregado de la gran empresa española elaborado por la Fundación CEOE y la Fundación PwC. El estudio ha sido presentado hoy, en un acto que ha contado con la participación de Antonio Garamendi, presidente de CEOE, Fátima Báñez, presidenta de la Fundación CEOE, Santiago Barrenechea, presidente de la Fundación PwC, Pablo Bascones y Francisco González, socios de PwC.
Cash Flow Social agregado de la gran empresa española
El documento destaca la importante contribución que realizan las grandes compañías nacionales a la sociedad. Para ello, estima el Cash Flow Social (CFS), una métrica que permite evaluar la creación de riqueza en los distintos grupos de interés y en la sociedad en su conjunto. Los ingresos que estas compañías obtienen se redistribuyen al emplearse en la adquisición de bienes y servicios a proveedores, en la remuneración a empleados, en la contribución a las arcas públicas y en otras partidas que suponen una aportación directa al Producto Interior Bruto (PIB).
Para calcular el Cash Flow Social agregado se ha seleccionado como muestra a las 40 principales compañías españolas por importe neto de su cifra de negocio y se ha utilizado información empresarial y pública correspondiente al ejercicio 2022. Dicha selección no incluye, por razones metodológicas, compañías del sector financiero.
Proveedores y prestadores de servicios, grandes beneficiados
Los principales indicadores del Cash Flow Social agregado son las entradas o valor económico directo generado (cobros de clientes, cobros por desinversiones y cobros financieros) y salidas o valor económico directo distribuido (pagos a proveedores, aportaciones a las Administraciones Públicas, pagos a empleados, pagos por dividendos, pagos financieros, autocartera y valor económico retenido por las propias organizaciones). Respecto a las salidas, el informe sostiene que los ingresos generados por la gran empresa española, principalmente, se han redistribuido para emplearse en un 75,1% para la adquisición de bienes y servicios a proveedores (431.808 millones de euros), en un 13,9% para las aportaciones a las arcas públicas (79.854 millones de euros) y en un 7,6% para la remuneración a empleados (43.831 millones de euros), entre otros conceptos, lo cual supone una aportación directa al PIB español.
Así, de todos los sectores de actividad, el principal agente beneficiado son los proveedores y prestadores de servicios. La cadena de suministro resulta, de esta forma, el principal receptor del valor económico directo distribuido de la gran empresa española; seguido de los pagos a las Administraciones Públicas, de los cuales 31.454 millones de euros (39,4%) corresponden a tributos propios pagados (soportados) y 48.400 millones de euros (60,6%) a tributos de terceros (recaudados) por la actividad económica generada por las empresas. En cuanto a los pagos a empleados (43.831 millones de euros), el estudio descuenta los impuestos asociados al empleo pagados por la gran empresa española – 15.439 millones – dado que se integran en la partida de pagos a las Administraciones Públicas. Asimismo, el estudio subraya que la gran empresa española emplea, de manera directa para realizar su actividad en los distintos territorios en los que opera, a más de 1.381.152 trabajadores, siendo el valor económico generado por empleado de 416.218 euros.
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