Si preguntamos a cualquier emprendedor uno de los motivos principales que le llevó a emprender, seguramente contestaría que lo que deseaba era obtener libertad. La idea de tener un negocio rentable, que aporte valor a la sociedad y nos permita tomar nuestras propias decisiones, es atractiva para muchos. Sin embargo, en la práctica, son pocos los empresarios que realmente consideran la libertad como una prioridad. En realidad, la jornada laboral tiende a alargarse, y muchas veces se extiende más allá de las ocho horas diarias, llegando incluso a 10, 12 o 15 horas, sumando fines de semana y vacaciones cuando las circunstancias lo requieren.
¿Cómo podemos cambiar esto? En Level UP mostramos cómo la delegación inteligente y el crecimiento sostenible pueden conducirnos hacia una jornada empresarial más equilibrada y productiva.
Para muchos empresarios, alcanzar esa libertad puede parecer casi una utopía. Sin embargo, si reflexionamos y nos planteamos una serie de acciones, es posible tomar decisiones que, aunque no sean mágicas ni inmediatas, nos acerquen a esa libertad deseada a medio o largo plazo.
De la dependencia a la delegación inteligente
El primer paso es comprender que si deseas un negocio que te brinde libertad, este no puede depender exclusivamente de ti, ni de tu tiempo, ni de lo que tú aportas al negocio o a tus clientes. En muchos casos, el empresario se convierte en una pieza fundamental: realizando ventas, prestando servicios, gestionando dudas y atendiendo incidencias. Para alcanzar la libertad, es crucial que el valor que aportas al negocio sea transferido al propio negocio.
Piensa en algunas marcas conocidas, como Vodafone, Ikea o la española Scalpers. ¿Te has preguntado quién es el fundador de estos negocios? Probablemente no lo sepas. Esto demuestra que, para que una marca funcione, el empresario contribuye con mucho más que su nombre o su imagen. Es un proceso complejo que requiere formación y un plan de ejecución a medio o largo plazo. El objetivo de alcanzar la libertad es ilusionante, pero también ambicioso.
La pregunta que debes plantearte es, ¿cómo puedes transferir tu conocimiento, experiencia y criterio a otras personas, elementos o sistemas dentro de tu negocio? Es posible que hayas intentado delegar tareas en el pasado y que no haya funcionado como esperabas. Es importante reflexionar sobre si las personas que no consumen si tú no estás son realmente tu cliente objetivo y si eso es lo que tu negocio necesita en este momento.
Te sugiero probar diferentes enfoques respecto a lo que has intentado anteriormente. Lo primero es involucrar a las personas que ejecutarán la tarea después de ti, en el proceso de definición y en los pasos a seguir. Evita decirles cómo hacerlo según tu experiencia, ya que esto podría sesgar su percepción. Es importante que participen en la creación del proceso, expresen sus puntos de vista.
Además, implementar la delegación inteligente no solo puede conducir a una jornada laboral más equilibrada, sino que también tiene el potencial de aumentar la productividad, reducir el estrés y permitir a los empresarios enfocarse en tareas estratégicas de crecimiento. Al liberar tiempo y recursos, los líderes empresariales pueden dedicarse a desarrollar nuevas oportunidades, innovar en productos y servicios, y expandir su negocio hacia el éxito sostenible y contribuyan con sus ideas.
Crea una cultura de delegación
Para que la delegación inteligente funcione es crucial crear una cultura empresarial que la respalde.
Como segundo paso te animo a instaurar una cultura en tu organización donde una vez que se decide la mejor manera de ejecutar un proceso o tarea, este proceso no se modifique hasta que la persona autorizada así lo decida. Evita que las personas tomen decisiones sin una identificación clara de objetivos y resultados. Si permites que cada individuo tome sus propias decisiones, es probable que no logres un funcionamiento homogéneo y además, desde la perspectiva del cliente, habrá muchas diferencias e incluso dependerá del estado de ánimo de la persona que esté llevando a cabo la tarea.
En definitiva, la búsqueda de la libertad en el emprendimiento es un objetivo alcanzable a través de la delegación inteligente y el establecimiento de una cultura empresarial. Al transferir el valor del empresario al negocio, involucrar a otros en la definición de procesos y fomentar una cultura de delegación, se puede transformar una jornada laboral extenuante en una experiencia más equilibrada y productiva. Recordemos que el cambio hacia una jornada de trabajo más flexible y satisfactoria no solo es posible, sino que también representa una valiosa oportunidad para el crecimiento personal y empresarial. ¿Estás listo para tomar el control de tu jornada laboral?
Opinión