Desde el estallido de la Gran Recesión, normalmente Wall Street se ha impuesto en retornos a Europa. No en vano fue la Reserva Federal (Fed) la primera autoridad monetaria en dar un ‘paso al frente’, se atajó lo más rápido posible la sangría de la banca, y Estados Unidos no sufrió una crisis de deuda soberana adicional… Sin embargo, desde que Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), prometiera “hacer todo lo que sea necesario para salvar al euro” (whatever it takes…) el mercado espera un giro en las tornas y que el Viejo Continente recupere el terreno perdido frente a la Bolsa del otro lado del Atlántico. Como últimos escollos: el riesgo político, ante la cargada agenda electoral de la región este año (con foco especial en Francia, pero también en Alemania, sin olvidar ni Italia, ni por su puesto Grecia), así como los deberes pendientes de la banca. Debilidades que, más allá del respaldo de los estímulos, han impedido una y otra vez que la renta variable de la Zona Euro despliegue todo su potencial. Ahora bien, el reciente tropiezo de Donald Trump a la hora de reformar la sanidad, que incrementa el riesgo de decepción en lo que respecta a sus políticas fiscales y de inversión (con el mercado descontando un posible retraso de los mismos), abre “un desacoplamiento EEUU-Europa favorable a esta última, donde los datos cada vez son mejores”, en palabras del Departamento de Análisis de Bankinter. Coincide Société Générale al señalar , en su informe “All good things point to Europe”, que “las buenas perspectivas económicas e inflacionarias, junto a la previsible caída de la incertidumbre política tras las elecciones francesas, deberían hacer que Europa sea muy atractiva”. La firma destaca que ahora mismo las Bolsas de de la Zona Euro cotizan a “un descuento del 47% con respecto a Wall Street”, diferencia significativa también en lo que respecta a los sectores. Por ejemplo, es del 26% en la industria sanitaria o del 60% en la de consumo discrecional. “Además de la brecha de valoración, el euro se ha debilitado considerablemente: ha caído un 33% frente al dólar en la última década”. Factores que pueden despertar el apetito de inversores extranjeros, particularmente estadounidenses. Asimismo, estos expertos se reconocen particularmente optimistas sobre la renta variable italiana, ante su recuperación de un crecimiento “anémico”. Más margen de beneficios Por su parte, desde Capital Economics, destacan la existencia de “un margen para un crecimiento más rápido del beneficio por acción (BPA) en Europa que en Estados Unidos, pues el margen operativo a 12 meses de la mayor parte de sectores (excepto salud) son inferiores en el primer caso”. De hecho, añaden, “esperamos que el dólar vuelva a apreciarse tanto frente al euro, como frente a la libra, ya que la Fed subirá los tipos más de lo que espera el mercado. Esto debería impulsar las ganancias de las multinacionales europeas”. Junto a la mejora económica, “la rentabilidad corporativa también está ganando momentum”, continúan los expertos de AllianzGI. Los resultados mejoraron en el último trimestre y se trata del segundo consecutivo, tras cuatro de contracción. Es más, subrayan, “mientras que el índice de revisiones de beneficios de Europa continúa mejorando, el de Estados Unidos ha disminuido desde que arrancara el año. Del mismo modo, mientras el riesgo político de la primera se ha reducido, el de la segunda se ha incrementado (…) Con una mejor perspectiva de ganancias, menor incertidumbre, valoraciones más atractivas y mayores dividendos, la Zona Euro se vuelve más atractiva”.
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