Los últimos atentados en Francia, donde se cometieron la masacre de la revista Charlie Hebdo, han revelado que la amenaza del terrorismo extremista entra dentro de las fronteras de Europa. Las fuerzas de seguridad y expertos desde hace tiempo alertan del peligro de los procesos de radicalización que sufre parte de las sociedades occidentales.
Prueba del aumento del peligro es el aumento de ciudadanos occidentales que se alistan al yihadismo para combatir en Irak y Siria. . Según las últimas estimaciones de ICSR, más de 20.000 personas, de los cuales casi una quinta parte eran residentes o nacionales de países de Europa occidental.
El informe destaca que "sobre la base de los 14 países para los cuales se dispone de datos fiables, se calcula que el número de extranjeros procedentes de países de Europa occidental ha aumentado a casi 4.000. Es casi el doble de la cifra que presentamos en diciembre de 2013, y supera las estimaciones más recientes de funcionarios de la Unión Europea".
El documento señala que los mayores países de origen son Francia, Reino Unido y Alemania. Los cálculos es que 1.200 franceses se han desplazado a la zona de conflicto y hasta un máximo de 600 de británicos y alemanes. En relación al tamaño de la población, los países más afectados por el proceso de radicalización son Bélgica, Dinamarca y Suecia.
Las estimaciones que hace ICSR para España son de una horquilla entre 50 y 100 personas, supone un aumento de hasta el 47% respecto a las cifras que manejaban en 2013.
"El conflicto en Siria e Irak supone la mayor movilización de combatientes extranjeros en los países de mayoría musulmana desde 1945, superando el conflicto de Afganistán contra los soviéticos en la década de los ochenta", subraya el centro. La mitad de combatientes proceden de países de Oriente Medio y unos 3.000 parten de países de la antigua Unión Soviética.
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