Redes sociales y loT, tareas pendientes en ciberseguridad

En 2006 el Comité de Ministros del Consejo de Europa estableció el 28 de enero como Día de la Protección de Datos en Europa, conmemorando así el aniversario de la firma del Convenio 108 del Consejo de Europa para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal (28 de enero de 1981).

Este Convenio 108 nació con la finalidad de proteger a las personas contra las intromisiones en su vida privada, el uso incorrecto de sus datos personales, garantizando el derecho al honor, la intimidad y su privacidad. El texto buscaba ampliar la protección de los derechos y las libertades de los ciudadanos.

En 2006, comenzaba la preocupación por la ciberseguirdad, pero ahora, 9 años después, estamos en un momento crucial para el desarrollo normativo en materia de protección de datos, por lo que la celebración adquiere aún mayor relevancia.

2015 es un año que llega cargado de cambios tanto a nivel europeo, con la tramitación del futuro Reglamento Europeo, como en Latinoamérica, donde hay nuevas leyes pendientes de aprobación y otras antiguas, que serán modificadas. Además, en esta región asistiremos al desarrollo de países que ya cuentan con una normativa específica. 

El crecimiento y auge de Internet, trae consigo, irremediablemente, el aumento de los delitos cibernéticos. Unos ataques de los que ni los propios estados se salvan, como hemos visto en los últimos días con el cruce de ‘hackeos’ entre Estados Unidos y Corea del Norte. 

La irrupción de las redes sociales, donde millones de personas comparten sus datos personales con sus contactos, tampoco han ayudado ni lo están haciendo, a la protección de datos personales y de la propia intimidad de los internautas. Sin embargo, según afirmó Andreas Schou, profesor y experto en redes sociales ha DIRIGENTES, pese a que no existe ninguna red social 100% segura, no siempre es porque tengan fallos de seguridad, si no porque es algo intrínseco de las redes sociales. "Las redes sociales son algo público por defecto, bien ampliamente o parcialmente", comenta el experto, y añade: "Cuando subes algo a la red, cualquiera lo puede descargar y guardar". 

Ante este flujo de información que empieza ha descontrolarse, los Estados, junto a las compañías más importantes, han decidido aumentar los controles sobre estos portales web, así como sobre algunas aplicaciones de mensajería instantánea. De este férreo control se desprende otro problema, aún más delicado si cabe, la delgada línea que separa la seguridad de la censura.

La irrupción de la tecnología wearable y el Internet de las cosas, que este año marcarán su punto de inflexión en las ventas tras una tibia acogida el pasado año según las firmas de análisis, también ha supuesto una nueva vía de entrada a datos personales y a la posibilidad de que hackers accedan a información sensible de las personas. Según algunos expertos, estos dispositivos pueden servir de puente a los ciberdelincuentes para atacar a otros terminales conectados a la misma red, como puede ser una tableta o un smartphone que generalmente contienen datos más personales o información financiera, el objetivo final de muchos ciberdelincuentes, que buscan obtener un beneficio económico.

Mientras aparece una solución fiable de seguridad para estos dispositivos, algunos pasos a seguir por los usuarios son por ejemplo, el cambio de las contraseñas que vienen establecidas por defecto, o separar en un ordenador por ejemplo las cosas realmente importantes, como datos financieros o cuentas del hogar, de otros asuntos que no son tan trascendentes. 

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