«Jenaro García es un hombre enfermo que se creyó sus propias mentiras»

Cómo una persona puede sostener una mentira durante más de cuatro años sin que se le note un ápice. Una gran mentira con la que Jenaro García construyó su imagen de emprendedor de éxito, un trabajador que cree en su brillante. Una gran mentira que da trabajo a más de cien trabajadores y en la confiaron miles de inversores. La personalidad del ex presidente de Gowex se ha convertido en la gran incógnita de un castillo de humo que se acaba de desmoronar en apenas unos días.

Un superviviente nato hecho a sí mismo

Una empleada de Gowex ofrece algunas de las claves del personaje. "Reconozco haberme emocionado más de una vez cuando Jenaro contaba su historia personal, su pasado duro y tremendamente difícil y cómo salió adelante. He derramado muchas lágrimas emocionadas escuchándole, he sentido empatía por él, y admiración, una admiración que mantenía intacta, pero que evidentemente se ha desvanecido", escribe en su bitácora. Huérfano de padre a una temprana edad, comenzó a forjar su vocación empresarial a los 14 años con un pequeño tenderete en el Rastro de Madrid. Fue su primera aventura en el mundo de los negocios y predecesora de muchas más. "Jenaro para mí era una persona luchadora, con valores, un superviviente nato, y yo nunca percibí falsedad en sus palabras, lo fácil ahora sería insultarle por habernos destrozado anímicamente y económicamente", continúa la autora.

La empleada de Gowex opina: "no creo que Jenaro sea una mala persona, y sé que en esta tesitura cualquiera que haya perdido su dinero, su trabajo…todo lo que todos hemos perdido, justificaría lo contrario, pero no lo creo, simplemente es un hombre enfermo, muy enfermo, que se creyó un salvador, que se creyó sus propias mentiras, un megalómano en toda regla". Y subraya sus ambiciones, "tampoco creo que hiciera todo esto por ambición económica, él quería estar en todas partes y salir en todos los papeles, él quería ser grande y recordado, aunque tuviera que llevarse por delante a tantas familias. En su locura, todo era justificable".

Se creía sus propias mentiras

El principio de un buen orador, o vendedor, es transmitir credibilidad. El primer paso para ello es creerse lo que se dice. Jenaro García lo ha aplicado hasta el último momento. Incluso cuando la casa de análisis Gotham City calificaba a Gowex de fraude y las acciones se desplomaban. Lo atestigua el vídeo de una reunión que mantuvo con su equipo en plena crisis. 

Al más puro estilo de Kevin Spacey en la película Margin Call, cuando el derrumbe de Lehman Brothers es un hecho, Jenaro García arenga a la tropa para mantener la moral alta.

"Para todos aquellos que tengáis temor -porque lógico que tengáis temor- de que la empresa va a desaparecer, os garantizo que eso no es así", promete a los empleados, "vamos a demostrar que podemos poner wifi en Gotham, es una ciudad más, y entre todos lo vamos a conseguir".

Los trabajadores de la compañía ha enviado un comunicado en el expresan estado de shock absoluto, "hemos seguido trabajando y confiando en que la empresa mostraría las pruebas irrefutables que desmontasen los argumentos denunciados en el informe de Gotham, ya que estábamos convencidos de que las acusaciones eran falsas, tal y como nos lo había transmitido el consejero delegado de la Compañía".

En este sentido, la trabajadora explica que "todos manteníamos la esperanza hasta el último minuto de que esto se iba a aclarar, en parte porque creíamos en él, y también porque nos miró a los ojos y nos dijo que estuviéramos tranquilos, nadie podía imaginar el grado tan grande de locura".

Perdón a sus empleados

Durante el fin de semana en cuenta de Twitter, Jenaro García pidió perdón de "todo corazón" y admitió las falsedades de las cuentas de Gowex. Además de explicar que colaboraría con la justicia. Y hoy ha vuelto a disculparse a través del email con los empleados de la compañía. En un largo correo electrónico, mantiene su arrepentimiento, pero se muestra orgulloso en más de una ocasión por trabajo realizado en la compañía, "sé que ahora carezco de la credibilidad necesaria para poder comentar las cosas que voy a transmitir aquí, pero no me distingo por conformarme con lo que otros piensan y por ello me atrevo a hablaros de esta forma". Y recomienda a los trabajadores: "Yo no me iría de GOWEX por nada del mundo, dado que va a forjar el carácter y personalidad de los que decidan realizar la travesía". Añade la petición de: "Quiero pediros que trabajéis codo con codo con los directores y que no lo hagáis por mí sino que lo hagáis por vosotros. Este proyecto estoy convencido de que se puede sacar, lógicamente con un alcance y ambición diferente al que yo he planteado siempre".

"Los que me conocéis sabéis que estoy enamorado del proyecto y que mi vida ha sido siempre luchar y trabajar ciegamente por el proyecto noche y día. Sabéis que mis viajes y esfuerzos han sido incansables y que el proyecto iba creciendo cada vez más y que he metido invertido aquí todo mi dinero y que incluso me he endeudado para poder sostener la acción en las últimas semanas", explica. Se despide con el poema "If" de Rudyard Kipling.

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