La economía rusa continúa en una situación precaria, con el rublo desplomado y por tanto con una menor capacidad adquisitiva en el exterior. Esta situación tiene un impacto directo en el turismo que en los últimos años se había incrementado de forma importante. Los visitantes con origen en Rusia habían aumentado el número de llegadas a España y lo que es más relevante es que su gasto medio superaba al gasto medio turístico. Es decir, venían más y gastaban más. Sin embargo, el año pasado la tendencia se revertió. El desplome del petróleo y la crisis de Ucrania han llevado al rublo a mínimos y los turistas escasean.
La European Travel Commission estima que de media las llegadas rusas bajarán un 4,1% en 2015. Aunque se muestran optimistas respecto al año siguiente y apuntan que marcará un crecimiento del 3,6% en 2016
Más positivos se muestran con la mirada en el medio plazo. Para el próximo lustro, esperan que el volumen de visitantes rusos al eje sureuropeo ?en el que se incluye a España– se expandirá el 9,7%, a un ritmo anual del 1,9%.
Los destinos del Sur de Europa serán los más beneficiados cuando la crisis rusa se supere, apuntan desde la asociación En total, se espera que el crecimiento de llegadas de turistas rusos a esta zona se encuentre tres puntos por encima de la segunda zona más visitada que corresponde a la Europa del norte (+6,5%).
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