Hace dos meses, el Banco de Portugal comenzó su intervención en BES provocando la salida del histórico dirigente de la entidad Ricardo Salgado y nombrando a Bento y a su equipo para pilotar una nave que se iba inevitablemente a pique.
Dos meses después Carlos Costa, gobernador del supervisor luso, busca nuevo capitán para Novo Banco, la entidad creada para subsanar el agujero que había provocado la familia Espirito Santo y que recibió una inyección de 4.900 millones, y sacarlo a la venta lo antes posible.
Las autoridades portuguesas después del rescate se han marco el objetivo de vender Novo Banco lo más rápido posible para sacar al Estado del capital. Las directrices marcadas por el Banco de Portugal y el Gobierno chocaban con los planes del que era presidente de la entidad que a media plazo intentaba reflotar la entidad para hacerla más atractiva a los nuevos inversores.
"Las circunstancias alteraron profundamente la naturaleza del desafío con el que aceptamos esta misión a mediados de julio y es oportuno pasar el testigo a otro equipo de gestión ", explicaba Bento y su equipo en el comunicado de hoy sábado para explicar la dimisión.
Los verdaderos propietarios de la nueva entidad, los bancos portugueses, están más interesados en recuperar lo antes posible el capital inyectado a través del fondo de rescate que esperar que la entidad se revalorice. Los intereses del sector financiero coincide con los del Gobierno que pretenden cerrar lo antes posible la crisis de BES antes de las elecciones generales de 2015.
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