"En Europa hay una situación de crecimiento económico muy reducido que yo creo que nos tiene que hacer a todos pensar", ha indicado Guindos haciendo referencia a las pobres cifras de PIB de Francia, Alemania e Italia, "tenemos que ir poniendo los fundamentos para que la estrategia de política económica a futuro se centre en el crecimiento económico y la creación de empleo".
En el eterno debate en el seno de Bruselas que divide Europa en dos bloques, los que apoyan la disciplina fiscal y las reformas y los que abogan por un impulso con estímulos económico para salir de la crisis. El ministro en mitad del Ecofin ha pedido a sus socios que hagan autocrítica sobre la política económica. Un llamamiento para poner fin a la imposición de recortes y apostar por los estímulos, pero cuidando y matizando las palabras. "No se trata de poner en marcha un plan de estímulo de demanda tradicional en el sentido más simple keynesiano, sino que esté ligado a las reformas para producir un retorno".
España lidera la petición que ha salido de este fin de semana del Ecofin para que acelere los planes de inversión. "Hemos dado mandato a la Comisión y al Banco Europeo de Inversiones para que preparen rápidamente los primeros informes sobre medidas concretas que pueden adoptarse", ha explicado el ministro italiano de Finanzas, Pier Carlo Padoan, cuyo país asume la presidencia de turno de la UE. Por lo menos hasta octubre cuando entre oficialmente a trabajar el nuevo gobierno de la Unión Europea no podrá ponerse en marcha el paquete de medidas económicas.
Uno de los halcones de la austeridad, el nuevo comisario de Asustos Económicos, el finlandés Jyrki Katainen, ha puesto a España de ejemplo de cómo salir de la crisis económica con el recetario conservador. "Las reformas estructurales pueden producir beneficios económicos rápidamente, además de reforzar la credibilidad y la confianza", ha explicado poniendo de ejemplo a España y ha pedido a los Estados miembros que aceleren las reformas con el fin de mejorar la competitividad e impulsar el crecimiento y el empleo.
En el debate, también ha entrado el BCE, que la semana pasada con su anunció de compra de deuda privada y una nueva rebaja de tipos de interés con lo que definió su postura por estimular el crecimiento y dejar de lado la disciplina fiscal. "El banco apoya las ideas presentadas del presidente Juncker sobre un programa de dinero público y privado para crear un paquete de inversión para los próximos años por valor de 300.000 millones de euros", Vítor Constâncio, vicepresidente de la institución. "La recuperación económica todavía está en marcha de forma muy modesta y moderada. Prevemos que tras el estancamiento del segundo trimestre, habrá crecimiento positivo en el tercero, pero el crecimiento para todo el año estará por debajo del 1%, es decir, muy pequeño. Al mismo tiempo, estamos preocupados por la situación de baja inflación, que está muy lejos de nuestros objetivos".
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