La inversión en arte ¿un lujo al alcance de todos?

"Tres mil, tres mil doscientos para el caballero en la parte de atrás … tres mil quinientos y para usted, señora … tres mil ochocientos en el teléfono. Cuatro mil de un pujador por Internet". Así recibe al internauta la famosa casa de subastas Christie’s. Observando las cifras, llama la atención que la compañía haya conseguido aumentar hasta un 30% sus nuevos clientes durante 2013.

Y es que la inversión en arte incluye una gama muy amplia de productos: obras de arte, muebles, joyas, incluyo vino. Y para muestra, un botón. Los amantes del arte y de la historia pueden hacerse (por el módico precio de dos millones de euros) con dos broches de la duquesa de Windsor, Wallis Simpson, diseñados por Cartier en 1950.

Si 2014 sigue así, superará con creces los datos del año anterior cuando la venta de obra en sala de subastas alcanzó los 12.005 millones de dólares, según la consultora artprice.com. La misma consultora señala que esas cifras suponen un aumento del 13% con respecto a 2012, cuando las ventas fueron de 7.714 millones de dólares.

¿A qué se debe el boom?

"Dinero, liquidez, falta de alternativas, momentum, hay muchas razones", apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. En cuanto a la continuidad del auge en el sector, el analista también añade que la dinámica, fuera de accidentes y en un escenario macroeconómico mundial de crecimiento estable y bajo, se mantendrá.

Por su parte, Diego Barceló, director de Barceló y Asociados, señala que en el momento actual puede tener un atractivo adicional, porque las acciones en los mercados (sobre todo el estadounidense) están en valores exigentes y las rentabilidades de los títulos públicos no son atractivas. Entonces sólo queda la inversión en algunas materias primas, el sector inmobiliario y el arte.

Pero no hay que perder de vista que la fuerte pujanza de los nuevos ricos, sobretodo asiáticos y árabes, puede estar inflando los precios. Para el director de Barceló y Asociados, una de las características del nuevo rico es su intención de mostrar que lo es, distinguirse de los demás, por ejemplo, con la compra de un Rembrant. Por esto, remarca Barceló, la inversión se puede tornar de más riesgo ya que este tipo de inversor es muy volátil y puede decidir vender en dos años. Esta coyuntura inflaría las valoraciones.

¿Me conviene invertir en arte?

Los datos son atractivos y la industria tiene "glamour", pero no hay que perder la cabeza y ver con perspectiva si es la inversión que más nos conviene. Para Barceló, la inversión en arte es algo restringido a las grandes fortunas que, si no son especiales, sólo debería formar parte de un pequeño porcentaje del patrimonio total.

Para el director de Barceló y Asociados, el mayor problema de este tipo de inversión es la iliquidez que tiene, por eso sólo debe hacerse si se tienen conocimientos del mercado o asesoramiento e especialistas. Barceló no recomienda este tipo de inversión para patrimonios pequeños ya que concentra demasiados riesgos. Además, añade, si con un tema mucho más fácil de comprender, como la inversión inmobiliaria, mucha gente se pilló los dedos, algo más diverso como la inversión en arte podría traer conllevar más riesgo.

Lo que sí es cierto es el que mercado está al alza. Las pujas se incrementan hasta marcar récord, las ofertas no faltan. Así que, de momento, seguiremos escuchando el popular ¡Vendido!

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