Rusia, ¿aliado o enemigo para la UE?

El invierno, eterno aliado ruso, ha llegado. Después de que Gazprom, el gigante estatal ruso, hubiera advertido de la "situación crítica" por los retrasos en los pagos de la deuda contraída por el Estado ucraniano, Kiev transfería 378 millones de dólares por mil millones de metros cúbicos de gas. Todos respiran: los ucranianos, en una delicada situación política y económica -incluido el conflicto bélico en el este- podrán contar con tan necesario recurso ante la llegada del frío; la UE evita un nuevo frente en el conflicto ucraniano cuando la recuperación propia sigue sin consolidarse y Moscú recibe una suma que también necesita a tenor de la complicada situación económica a raíz de las sanciones y la caída de los precios del petróleo.

Todo ello en un ambiente que muchos en Rusia ya califican de nueva guerra fría.

La UE no quiere más sobresaltos en estos momentos y ha vuelto a pedir recientemente a Moscú, a la vez que mantiene las sanciones a empresas, bancos y personas rusas, que no suspenda el suministro energético a Ucrania. Kiev, Moscú y Bruselas están condenados a seguir manteniendo encuentros y desencuentros en los próximos meses y años. La dependencia continental del gas ruso seguirá intacta a medio plazo. "Europa dependerá del gas ruso al menos otra década (y probablemente mucho más allá). Las declaraciones grandilocuentes de los políticos no cambiarán esta conclusión tan poco popular", advierte Jonathan Stern, presidente del programa sobre gas natural del Oxford Institute for Energy Studies. El año pasado Rusia vendió a Europa alrededor de 163.000 millones de metros cúbicos de gas.

El último abono ucraniano no habría sido posible si la empresa nacional Naftogaz no hubiera recibido de la Unión Europea 1.900 millones de dólares adicionales para pagar el gas ruso, advertía Andréi Kóbolev a Ukrainskaya Pravda. Kóbolev recordaba que la UE aprobó anteriormente la concesión de 3.000 millones de dólares a Ucrania -a través del FMI, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y bancos internacionales- "para evitar problemas" al tiempo que Kiev y Moscú dirimen en los tribunales su disputa. Ucrania, atrapada entre dos aguas.

A finales del pasado octubre Rusia, Ucrania y la Comisión Europea firmaban el llamado Plan de Invierno, que establece la la reanudación de los suministros de gas ruso a Ucrania y su tránsito ininterrumpido a Europa hasta marzo. Moscú espera que Kiev pague 3.100 de los 5.300 millones de dólares de la deuda que tiene contraída y adquiera volúmenes adicionales de gas para el invierno a un precio de 385 dólares por 1.000 metros cúbicos mediante el pago por adelantado. Los rostros serios y el gesto gélido de los ministros ruso y ucraniano en la firma del acuerdo en presencia del ya expresidente de la Comisión Europea Durão Barroso evidenciaban la tensión de la situación general.

A mediados de junio Gazprom cortó el suministro de gas a Ucrania a causa de los impagos. Naftogaz pagó a Gazprom el pasado cuatro de noviembre 1.450 millones de dólares en concepto de deuda. Recientemente, el primer ministro Dimitri Medvédev aseguraba haber regalado a Ucrania más de 80.000 millones de dólares en descuentos en los 90 y la pasada década: "Les vendíamos el gas a 40 o 50 dólares por mil metros cúbicos y solo hace poco decidimos aplicar métodos más racionales para la fijación de precios". La situación económica rusa es delicada. Golpeada por las sanciones impuestas por la Unión Europea y EEUU y exacerbada la caída de los precios del petróleo -que supone la mitad de los ingresos del país-, la economía rusa se encuentra al borde de la recesión. En noviembre la inflación superaba el 9%. El propio viceministro de Economía Alexéi Vedev alertaba de una reducción del PIB en 2015 del 0,8% si el barril de petróleo se estabilizaba en los 80 dólares.

Pero el propio Ministerio reconoce que podría contraerse entre un 3,5% y un 4% para un barril por debajo de los 60 dólares. La salida de capitales se estima en 128.000 millones de dólares. "La mayoría de los indicadores macroeconómicos empeorarán durante los tres próximos trimestres y caerán de manera importante el verano que viene", advierte Chris Weafer, de la consultora Macro Advisory citado en Russia Beyond the Headlines. Petróleo y gas natural supusieron el 68% del volumen total de las exportaciones rusas en 2013, según la Agencia de Información Energética de EEUU. La sociedad rusa observa con preocupación el deterioro de la situación y una previsible subida acusada de precios a partir de este mes de enero.

Puede leer el reportaje completo en la revista Dirigentes del mes de enero.

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *