El café de todos los días, el desayuno en la cafetería dos veces por semana o el refresco para despertar. Todos estos hábitos representan pequeños gastos que afectan a la economía de cualquier persona de manera minúscula y progresiva, y son llamados gastos hormigas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los hogares españoles situaron su tasa de ahorro en el primer trimestre de 2022 en el -0,8% de su renta disponible, frente al 8,3% del mismo trimestre de 2021.
Por otro lado, el profesor de ESIC Business School, Paco Lorente, señala una forma de detectar este tipo de consumo, y es prestar atención cuando la suma de estos suponga una cuantía importante en el balance global para que no afecte al ahorro mensual. Lorente añade la importancia de reconocerlos, debido a que si ese dinero se hubiera destinado a otro propósito se hubiera sacado mucho más rendimiento.
En este escenario, Lorente explica cinco actitudes para dejar atrás este tipo de consumo y son las siguientes:
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Identificar los pequeños gastos que apenas superan los dos o tres euros, pero que se dan de manera repetitiva.
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Tener un registro de cada uno de los gastos que se hacen durante el mes.
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Priorizar las compras por orden de importancia.
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Cambiar un gasto hormiga constante por una alternativa que suponga menos dinero o sea gratis.
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Ser fiel al plan y que el mismo sea coherente. Recomienda no ser “demasiado ambicioso”.
Con respecto a tener un balance adecuado y permitirse algún pequeño gasto, el profesor afirma que “hay que tener en cuenta cuáles son los ingresos reales para establecer el plan de gasto y el ahorro deseado. Lo ideal es destinar el 10% de los ingresos al ahorro, siempre que sea posible”.
Para ello, el experto agrega “considerar esa cifra de ahorro como un gasto fijo y así apartarlo directamente de la cuenta a principio de mes”.
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