A punto de llegar al Día Internacional de la Mujer, DIRIGENTES charla con Mariana Díez, directora de Marketing de BMI Group, para reflexionar sobre la presencia de las mujeres en la construcción y cómo ella logró hacerse un hueco de responsabilidad en un mundo de hombres.
En la actualidad la presencia de la mujer en el mundo de la construcción solo alcanza el 10%. ¿Cómo propone hacer más atractivo el sector?
El sector va mucho más allá del cemento y el ladrillo por varios motivos y está avanzando en líneas muy atractivas. Una es la industrialización, vinculada con sistemas que cada vez más son de fácil montaje, parcialmente premontados y se montan en obra de forma mecánica, lo que hace que sean más rápidos, eficientes y den mucho mejor resultado. Hoy en día hay muchas herramientas y sistemas que facilitan el trabajo y lo hacen extensible a cualquier género, independizándolo de la fuerza necesaria que tradicionalmente le hacía falta a un operario de la construcción.
Otra tendencia destacada es la sostenibilidad. La construcción ya no se entiende sin que el material sea sostenible en todo su ciclo de vida. Es decir, desde que extraes la materia prima, la procesas, la produces y la transformas en un producto para construcción. Después, a esto se suma la aplicación en obra, el uso durante todo el ciclo de vida útil del edificio y el posterior reciclaje. El tema de la sostenibilidad es tremendamente atractivo y además es un campo donde hay mayoría de mujeres.
También es un sector muy atractivo porque está muy bien pagado y los próximos años no tendrá paro. Hay una tendencia creciente a la rehabilitación que va a estar impulsada por los fondos de la Unión Europea y, por lo tanto, hay que multiplicar por tres el número de viviendas que se rehabilitan al año, como mínimo. Hay trabajo para todo el mundo. Y, por último, está la digitalización. Evidentemente no puedes construir virtualmente, pero en todos los procesos de negocio la digitalización se va imponiendo para llegar al usuario final.
¿Hacen falta más mujeres?
Evidentemente, el 10% es un porcentaje muy reducido. Cuando se incluyen mujeres en los equipos la dinámica se enriquece. En este sentido, la diversidad enriquece no solo en términos de género, sino también en diversidad de experiencia, edad, cultura o educación. Esto hace que los grupos de discusión y de trabajo tengan mucho más conocimiento, interactúen de una manera mucho más creativa y, al final, si consigues controlar esa diversidad para que el equipo funcione y esté engranado correctamente, el resultado es mucho mejor. Hay un montón de estudios de consultoras que demuestran que las empresas con mejores resultados están formadas por equipos diversos.
¿Cómo ha evolucionado la presencia de la mujer en la construcción a lo largo de los últimos años?
La presencia de la mujer en la construcción ha aumentado en los últimos años, pero aumenta muy despacio. Lo cierto es que, aunque las mujeres están alcanzando puestos directivos, es una carrera que, en general, es más lenta para mujeres que para hombres. Es decir, sí ha evolucionado, pero evoluciona lentamente. En la actualidad hay mujeres directoras generales, pero son pocas para lo que debería ser y han tenido una carrera bastante dilatada hasta que han alcanzado una posición directiva.
¿Cuál es el principal elemento de valor que el talento femenino aporta al sector de la construcción?
Yo diría que son las ganas. Venimos con mucha más fuerza porque como somos conscientes de que es una carrera larga, difícil y donde la presencia de la mujer en la construcción sigue siendo muy reducida, destacan las ganas de trabajar, el empuje y, en definitiva, la actitud de crecimiento permanente y la cultura del esfuerzo. Cuando coges una mujer que quiere hacer carrera en el mundo de la construcción, normalmente está poniendo el doble de ganas que un hombre.
¿Le ha costado hacerse paso en un mundo donde predominan los hombres?
En mi caso ha sido un viaje muy divertido. He aprendido muchísimo y creo que no me ha costado más o menos por ser mujer, sino que en todo momento ha dependido del propósito que yo tenía y el enfoque que le estaba dando. En un sector duro como la construcción, te das cuenta de que hay gente te quiere ayudar y está dispuesta a apoyarte, no solo por ser mujer, sino porque eres joven y sabes menos.
¿Recuerda algún ejemplo de situaciones a las que se haya tenido que enfrentar por el hecho de ser mujer?
A lo que me he tenido que enfrentar y se enfrentan muchas mujeres, y más cuando eres joven, es a cumplidos que no son deseados y a galanterías que en un entorno de trabajo tienes que aprender a manejar. No me he enfrentado a dificultades de personas que se negaran a colaborar conmigo, pero sí al hecho de ser jefa de hombres que eran mayores que yo y que, a priori, no era lo que más les gustaba. No obstante, creo que es una cuestión de ir encontrando el sitio e ir encontrando relaciones basadas en diferentes cosas. Creo que lo que más me ha ayudado es la colaboración, demostrar que las cosas avanzan y tratar de hacer equipo en lugar de utilizar la jerarquía con tus equipos.
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