Durante los tres primeros meses de 2017, el beneficio alcanzado por Iberdrola fue de 828 millones de euros, lo que supone un descenso del 4,7 por 100 respecto a los casi 869 millones del mismo periodo del año anterior. En su presentación, la eléctrica ha explicado que los resultados se han visto afectados por las condiciones meteorológicas en España, con una baja pluviosidad en España que ha supuesto una menor producción hidroeléctrica (-44 por 100) y una menor producción eólica (-12 por 100), así como por el cierre de la central térmica de Longannet en Reino Unido en marzo de 2016 que afecta a la comparativa del trimestre, y por la situación competitiva en el mercado de clientes en este país. Por otro lado, en España, la producción con centrales de carbón y gas ha cubierto la caída de la hidroeléctrica y eólica con aumentos del 70 y del 27 por 100 respectivamente. El EBITDA consolidado disminuyó un 8,2 por 100, alcanzando los 1.861,6 millones. Los resultados de activos no corrientes ascendieron a 256,2 millones frente a los 29,1 millones en el primer trimestre de 2016, gracias a la operación de fusión de Gamesa con Siemens Wind que ha aportado 255 millones (tras la dilución en la participación del 20 al 8 por 100 de la compañía fusionada), incluidos 198 millones correspondientes al dividendo extraordinario de fusión (cobrado el 11 de abril). La deuda financiera neta se sitúa en 29.760 millones de euros tras aumentar en 346 millones desde diciembre 2016, como consecuencia del proceso inversor. El apalancamiento financiero se mantiene en niveles similares al registrado a 31 de diciembre de 2016 (42,1 por 100 frente al 42 por 100). Los fondos generados en operaciones en el primer trimestre cayeron un 2,4 por 100, consecuencia del escenario operativo descrito y se sitúan en 1.654,7 millones de euros
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