Uno de los pocos efectos cuantificables tras la victoria del Brexit en Reino Unido ha sido la depreciación de la libra. De mantenerse, esta depreciación afectaría en gran medida al poder adquisitivo de los británicos, el primer mercado emisor de turistas para España. Según explican los expertos de Deloitte en su último informe “Expectativas 2017”, este efecto en el bolsillo de los británicos repercutirá en un recorte en su presupuesto para las vacaciones. Desde la consultora, basándose en que las llegadas de británicos a España se han mantenido, creen que sus visitas se mantendrán en los próximos meses, pero, a cambio, disminuirá su nivel de gasto y la duración de su estancia media en España. De ser así, esto dañaría de forma importante el PIB español, ya que en 2016 el turista británico aportó 16.200 millones de euros en gasto turístico a la economía española, cerca del 1,5% del PIB. Además, según el Centro de Precisión Económica (CEPREDE), “la factura de la salida de Reino Unido podría estar entre el 0,3% y el 0,6% del PIB ante una reducción de los ingresos procedentes de bienes y servicios”. Y es que el PIB per cápita británico está ligado directamente con las llegadas de turistas hacia España. Sin embargo, las previsiones sobre este indicador económico son pesimistas. El FMI ha rebajado sus previsiones de crecimiento de 2017 al 1,1%, y la Comisión Europea, al 1,5%, pese a haber crecido el 1,7% en diciembre de 2015. En España, las zonas geográficas que más dependen del turista británico son Canarias, que en el primer trimestre del año supusieron el 34,4% de los viajeros que recibieron. Los británicos también suponen un gran porcentaje del total de turistas en Baleares, la Costa Blanca y la Costa del Sol. Además, Deloitte advierte de que el Brexit encarecerá los precios del transporte aéreo. Ahora, las compañías aéreas británicas se benefician de los acuerdos intracomunitarios, especialmente el de Aviación Común Europea, que les permite operar en el Espacio Aéreo Europeo sin restricciones. Salir de la Unión Europea, en definitiva, supondrá mayores costes para las aerolíneas con origen fuera de la Unión, lo que se traducirá en un aumento de los precios de los billetes para el turista. Pese a todas las dudas que ha generado el Brexit, la realidad parece no acompañar al pesimismo de las previsiones. En el primer trimestre de 2017, las llegadas de turistas británicos se incrementaron un 5,8% (1,1 millones de turistas) frente al mismo trimestre del año anterior, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y en los dos primeros meses de 2017, el gasto turístico que hicieron los británicos creció un 18,3%, hasta los 8.500 millones de euros. Según Deloitte, el turismo británico se mantiene porque “España es percibida en Reino Unido como el destino líder y perfecto para vacaciones de sol y playa por, entre otros factores, sus precios competitivos, su seguridad y su ubicación geográfica”. Además, los expertos de la consultora añaden “el factor fidelidad”, pues los británicos son, junto a los franceses, los turistas que más veces han venido a España.
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