El 79% de las compras diarias en la zona euro en 2016 se realizaron en efectivo, de acuerdo con un estudio del Banco Central Europeo (BCE). Cerca de un cuarto de los consumidores también guardaron algo de efectivo en casa como medida de precaución y un 20% declaró tener un billete de alto valor en su poder, de 200€ o 500€. Como muestra el estudio, los resultados «ponen a prueba la percepción de que el efectivo está siendo remplazado rápidamente por medios de pago alternativos». La muestra varía entre los 19 miembros de la eurozona. El efectivo predomina en las zonas del sur de Europa, Alemania, Austria y Eslovenia, donde supone un 80% de todas las transacciones realizadas en el punto de venta. Esta cifra baja hasta el 40-45% en Países Bajos, Estonia y Finlandia. El informe también muestra que mucha gente no conoce sus comportamientos de pago habituales. Cuando se pregunta a los europeos cómo prefieren pagar, la mayoría responden que con tarjeta, no con efectivo. Esta divergencia puede deberse a que cerca de dos tercios de todas las transacciones son por debajo de los 15 euros. A la hora de responder, la compra de café y billetes de lotería no pesan tanto como, por ejemplo, la compra de unos nuevos zapatos. La experiencia de algunas ciudades muestran un cambio perceptible. El pago con tarjetas sin contacto supuso un 1% del total en 2016 en la eurozona, aunque en Países Bajos el porcentaje sube hasta el 10%. Los autores del estudio declaran que supone un potencial tecnológico el hecho de realizar pagos de bajo importe con tarjeta sin contacto, ya que el 81% de esos pagos fueron de menos de 25€. Para los que prefieren el dinero físico es importante saber dónde está el cajero más cercano. La encuesta revela que en Chipre y Malta existe una mayor satisfacción en el acceso a los cajeros automáticos y bancos para sacar dinero, mientras que en Letonia y Lituania realizar estas operaciones es más complicado.
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