«La deuda high yield global viene generando unas elevadas rentabilidades desde comienzos de año, por lo que hemos empezado a ver cómo cada vez más empresas aprovechan la fortaleza de este mercado para emitir bonos», explica en un reciente análisis Jack Holmes, gestor de inversiones en el equipo de deuda de alto rendimiento de Kames Capital. Desde la firma explican que en estos periodos de bonanza, la calidad crediticia de muchos de los emisores es inferior a la media, por lo que se estarían ofreciendo bonos con calificación CCC y cupones no garantizados por contrato, «de modo que la empresa puede elegir entre pagar a los bonistas con más deuda, en lugar de efectivo, lo que nunca es buena señal», además de bonos que financian préstamos personales concedidos a clientes de alto riesgo en el Reino Unido. «Esta tendencia se observa en todo el mundo», explica Holmes, señalando que en el mercado estadounidense, por ejemplo, los bonos con calificación CCC suponen más del 20% del total de nuevas emisiones lanzadas en lo que llevamos de 2017, el doble que el año pasado. Entre los bonos emitidos este año cabe mencionar los de la empresa de embalajes Verallia (calificación CCC), que lanzó una emisión de 350 millones de euros donde se estipulaba que los cupones podían abonarse en efectivo o con más bonos. Ante esta avalancha de nuevos emisores, Kames Capital aconseja a los inversores ser muy selectivos y evitar estas calificaciones para centrarse en el segmento de mayor calidad del mercado. «Hemos encontrado oportunidades atractivas para comprar bonos de empresas de alta calidad que suelen pasar desapercibidas cuando aumenta la tolerancia al riesgo», indican los expertos de la firma. Un buen ejemplo sería Quintiles, una empresa especializada en información sanitaria avalada por 25 años de relación con todas las grandes farmacéuticas, o TalkTalk, una empresa británica de telecomunicaciones que destaca por una estructura de costes muy competitiva y unos ingresos estables y recurrentes. «En momentos como estos, podemos prestar nuestro dinero a empresas con un riesgo considerablemente más bajo sacrificando muy poco rendimiento, lo que nos permite generar elevados niveles de rentas con menos riesgo», insisten. En general, Holmes cree que las perspectivas para los bonos de alto rendimiento siguen siendo razonablemente buena» este año, aunque señala que Kames seguirá centrándose en las áreas del mercado que ofrecen una buena calidad crediticia, así como rentabilidades atractivas. Y concluye: «Seguimos pensando que la mejor forma de conseguir rentabilidades atractivas a largo plazo es invertir de forma disciplinada en empresas de calidad con ingresos estables y recurrentes. Enfocamos el mercado primario desde esta óptica y esperamos conseguir buenos resultados».
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