España y los riesgos a largo plazo

Tras casi un año sin Gobierno, España cuenta ya con uno (y del gusto de los mercados), mientras las principales economías de la Zona Euro, Francia, Alemania (y quizá Italia), afrontan su propia cita con las urnas en medio del avance de los denominados populismos y del euroescepticismo. Sin embargo, y aunque el riesgo país se ha mantenido contenido, en buena parte gracias a efecto balsámico del Banco Central Europeo (BCE), la confianza no ‘brilla’, como bien refleja el retraso del Ibex respecto al resto de índices de la región, por no hablar de la disparada Wall Street… Una reciente encuesta de UBS entre empresarios europeos apuntaba a que el 18% cree que el Ejecutivo en minoría de Mariano Rajoy es un riesgo para sus negocios; por delante del 17% que señalaba al clima político italiano o al 14% de las elecciones galas o germanas. Sorprenden estas respuestas a los expertos de Capital Economics, especialmente a la luz del avance de las fuerzas euroescépticas en Francia o Italia. “Si bien, la situación política de España está en mejor forma, todavía existe un alto grado de incertidumbre”, afirman. Y recuerdan que el Gobierno del PP se apoya en el voto del PSOE para aspectos clave, y los socialistas elegirán en mayo nuevo líder que “podría ser menos complaciente. Si lo hacen, de hecho, existe el riesgo de que el Ejecutivo colapse”. Asimismo, señalan que las previsiones de la Comisión Europea (CE) implican más recortes presupuestarios, que dicha formación podría no aceptar: “Un retroceso en la austeridad, incluso si desencadenará unas elecciones, podría ayudarle en las encuestas”, afirman. Es más, añaden, si se produjeran unas elecciones anticipadas, “los partidos contrarios a más ajustes tendrían una oportunidad de hacerse con el poder. Y la economía podría resultar menos resistente a la incertidumbre esta vez”. Y es que, detalla la firma, el crecimiento de España en 2016 se apoyó “en tres factores temporales: los estímulos del PP antes de los comicios de diciembre 2015; el auge del turismo, impulsado en parte por la inseguridad en otro países; y la caída de los precios de la energía”. Así, aunque reconocen que una nueva cita con las urnas parece “parece improbable, estos tres ‘vientos a favor’ seguirán desapareciendo”. En particular, destacan, “el reciente aumento de la inflación energética pesará sobre los ingresos reales este año, impactando negativamente en el gasto del consumidor”. Por tanto, prevén que el PIB se desacelere en 2017 y 2018 hasta el 2% desde el 3,2% del pasado ejercicio. “A pesar de que actualmente no estamos demasiado preocupados por los riesgos a corto plazo de la situación política de España, nos preocupan los peligros a largo para el crecimiento. Los partidos de la oposición están centrados en revertir la reforma del mercado laboral de 2012, pero deberían estar más preocupados por los desempleados. Sin reconversión, hay pocas esperanzas de que estas personas encuentren trabajo y la tasa de crecimiento de España seguirá siendo baja”, concluyen.

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