El Ibex se alza sobre los 10.300 puntos, en medio de la remontada del resto de Bolsas europeas, mientras se aligeran los temores sobre la capacidad de Donald Trump, para implementar su plan de inversiones y la reforma fiscal. Para Daniel Pingarrón, de IG, estamos ante «una nueva y sorprendente muestra de la nula intención que tienen los inversores de provocar una corrección, independientemente de las noticias que se están produciendo, o de las típicas correlaciones con otros activos, como el petróleo o el euro/dólar». De hecho, el ‘billete verde’ se reestructura al alza desde mínimos de cuatro meses y el euro cede hasta los 1,08, pendiente de la comparecencia de la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, en la NCRC Annual Conference. “Los mercados esperan señales nuevas para retomar el impulso alcista o apostar por nuevas correcciones, o que el presidente plantee otra sacudida con un nuevo tweet o una declaración impactante. El lunes, por ejemplo, desmanteló la política climática de Obama”, apunta Ramón Morell, analista de ETX Capital. De momento, la Casa Blanca ha advertido a los Republicanos ‘díscolos’ que podría acercarse a los Demócratas más ‘centristas’ para pactar tanto la reforma tributaria como el plan de infraestructuras, ligando ambos, algo que podría ser aceptado por este grupo de legisladores. Celebran pues el Ibex y el resto de Bolsas el hecho de que “la Administración Trump haya mostrado su intención de ‘pasar página’, dejar atrás el fracasado intento de desmantelar el Obamacare, para centrarse en fiscalidad e inversión. Otra cosa distinta es que logre los apoyos necesarios, algo que no se sabrá hasta que se conozcan los detalles de ambos proyectos y comiencen a ser debatidos”, señala Link Securities. Mientras, Renta 4 añade: “Aunque el fondo del mercado es sólido (recuperación del ciclo y de los resultados empresariales), la primera decepción respecto al programa electoral estadounidense, unido al riesgo político europeo y a la progresiva normalización de políticas monetarias podría generar ruido que propiciase niveles de entrada más atractivos”. En este sentido, el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Peter Praet, ha señalado que la Zona Euro aún necesita medidas de estímulo fuertes, pues la reciente aceleración de la inflación es temporal (impulsada por factores transitorios, como el efecto base de la energía, que probablemente se desvanecerán). Así, la autoridad monetaria continúa implementando su programa de compra de activos (QE) y la semana pasada se hizo con 1.540 millones de euros en deuda corporativa (elevando el total a los 73.800 millones) y con 14.400 millones en papel soberano (total: 1,45 billones de euros). Con todo, estos expertos creen que “la recuperación cíclica y la inflación gradualmente al alza apuntan a que después del verano (septiembre) se podría hablar de tapering, con progresiva reducción de sus adquisiciones a partir de enero de 2018. El mercado, por su parte, cada vez apunta más a que el tipo de depósito empiece a subir antes de terminar el QE, como un guiño a Alemania (y a los bancos) a la vez que con el QE mantiene el control de la curva de tipos en un entorno de incertidumbre electoral”. Finalmente, en el plano empresarial, la banca, clave para la evolución del Ibex, digiere la afirmación de Credit Suisse de que tomará una decisión sobre sus planes de ampliar capital “lo más pronto posible”.
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