“El Banco de Japón se encuentra en una clara fase de negación”

Le Saux Japon Oyster
Joël Le Saux, gestor del fondo Oyster Japan Opportunities.
La estrategia del fondo Oyster Japan Opportunities “carece de sesgos de estilo, es ecléctica y basada en fundamentales”. ¿Qué factores macro y microeconómicos vigilan principalmente a la hora de invertir en Japón ? En nuestra estrategia tenemos los ‘valores ancla’, en su mayoría empresas de tamaño medio, con un perfil de crecimiento resistente y en las que se invierte durante un plazo de tiempo más largo, son compañías que no son ‘macrodependientes’, focalizadas en el mercado doméstico y, por tanto, resistentes a las fluctuaciones del yen. Es interesante destacar que la volatilidad del negocio en estas es muy baja y también sus precios como cotizadas. Por otra parte, contamos con la ‘cesta macrosensible’, corporaciones más impactadas por lo que sucede tanto en Japón como en el resto del mundo. Aquí encontramos títulos financieros, inmobiliarios, pero también del sector de las commodities y grandes exportadoras. Así, por ejemplo, en lo que respecta a la industria financiera vigilamos la curva de rendimiento, las tendencias en los márgenes de intereses, el coste del crédito o el ratio de crecimiento. Mientras que en el inmobiliario observamos la tasa de ocupación, comportamiento por segmentos (minorista, oficinas, industrial…). El precio de las materias primas es clave en las firmas de este sector; y en las exportadoras, el tipo de cambio. ¿Cuáles son los segmentos de la Bolsa japonesa que ofrecen mayor potencial actualmente? Preferimos compañías domésticas, ya que las condiciones económicas en Japón son fuertes y ante la política monetaria que esperamos implemente el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) en los próximos trimestres. Creemos que va a cambiarla lo que impactará en el yen, pues va a tener que comenzar su propio tapering (reducción de las compras de activos) o implementar una estrategia de salida de las medidas extraordinarias. Este entorno es positivo para las compañías, así su eficiencia, tanto en el caso de las pequeñas, como en el de las grandes, está mejorando. Por otra parte, en nuestra cartera, ‘jugamos’ también la fuerte tendencia de la población a vivir, concentrarse, en Tokio y sus aledaños. Las perspectivas de crecimiento e inflación se encuentran en ascenso. ¿También en Japón? La tendencia de las exportaciones es al alza, más allá de los movimientos registrados por la divisa. Parece que la idea generalizada de que cuando la moneda está débil Japón vende más al extranjero no es cierto, pues, por ejemplo, Toyota, suba o baje el yen, no cambia sus precios en Europa o en Estados Unidos. Las condiciones económicas para las empresas son buenas, pero también para la ciudadanía. La tasa de paro es reducida, los salarios están aumentando, tras 15 años de deflación en este sentido. Y esto, desde el punto de vista de los costes, no es un problema pues, al mismo tiempo, la gente que más cobra se está jubilando. Con todo, lo cierto es que la aportación del consumo al PIB no es muy buena, pues la gente mayor no se ha beneficiado de ningún incremento en sus pensiones, a pesar del repunte de la inflación, y se están viendo bajo bastante presión. Ahora bien, los principales productos y servicios que compran, como alimentos o salud, por suerte o por desgracia no tienen representación en la renta variable nipona y, por tanto, no tiene mucho impacto en ella. Volviendo al Banco de Japón, ¿cuál cree que será en concreto su próximo paso? El BoJ se encuentra actualmente en una fase clara de negación. Rechaza hablar de tapering o de una estrategia de salida de las políticas extraordinarias, pero todas las preguntas de la prensa o incluso en el Parlamento en Tokio están orientadas en ese sentido. Posiblemente, incluso la Administración Trump se quejará pronto de que mantenga los tipos tan bajos, pues indirectamente esto impacta en la divisa. Así, creemos que el Banco de Japón eliminará el tipo de depósito negativo (implementado en enero de 2016), pues no está ayudando a la economía, lo único que está haciendo es castigar a los bancos. Por otra parte, el objetivo fijado de inflación en el 2% es muy alto teniendo en cuenta la demografía japonesa. En este contexto, esperamos que la curva de rentabilidad de la deuda ascienda este año al 0,25%-0,30%, en incluso al 0,50%. El papel del yen como refugio seguro es clave a la hora de invertir en Japón. ¿Cómo podemos protegernos ante el riesgo del tipo de cambio? Teniendo en cuenta el cambio en la política monetaria que esperamos del BoJ, así como el pronunciamiento de la curva de rentabilidad, el yen se fortalecerá ante el dólar probablemente unas cinco figuras. En ese caso, la renta variable nipona caerá, el precio de las exportadoras será el que más sufra… Pero nosotros creemos que este movimiento de la divisa es positivo, pues su revalorización se produce por las razones adecuadas, por la mejora de las condiciones económicas. Así, a aquellos que no están invertidos en Japón les diría que el actual es un buen momento de entrada. Y para los que si están en el mercado nipón les recomiendo mantenerse. En nuestra estrategia, con todo, estamos infraponderados en exportadoras, por nos encontramos bien posicionados para sacar partido a la situación.

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