Los cuatro índices PMI, manufacturas, servicios, Caixin y Markit, de China se contrajeron en abril respecto a marzo, y en una cuantía considerable (entre 0,6 y 1,1 puntos). Envueltas en la inercia alcista (Wall Street) y en la disminución del riesgo político (Europa), las Bolsas occidentales no han sentido el envite de estos decepcionantes indicadores, no así los mercados del gigante asiático y, sobre todo, las materias primas, especialmente los metales industriales (hierro sobre todo). Pekín “demanda menos commodities porque su economía desacelera más de lo que las cifras oficiales permiten ver. Pero esto ya venimos avisándolo desde hace incluso años. No es un riesgo inminente, aunque es el riesgo macroeconómico más importante que ahora tenemos abierto”, apuntan desde el Departamento de Análisis de Bankinter. Mientras, Link Securities añade que estos activos sufren por “las dudas que están surgiendo en relación al impacto negativo que en la liquidez pueden terminar teniendo las medidas adoptados por los reguladores de China para contener la expansión del crédito en el país”. ¿Estamos ante la primera señal de alerta o es normal que el resto de mercados haya ‘pasado de largo’ por estas informaciones? Capital Economics lo tiene claro: “La reacción está justificada”. Para estos expertos la corrección de las materias primas es adecuada “tras un periodo de excesivo optimismo sobre las perspectivas de la demanda”. Y es que, apuntan, hasta hace poco la idea generalizada era que las autoridades de China garantizarían que el crecimiento se mantuviera estable (incluso se acelerara) antes del Congreso del Partido previsto para finales de año, pero, por ahora “no hay evidencias de cambio en el ritmo de actividad”. De hecho, esta firma espera que “la desaceleración continuará, aunque de forma leve. Las preocupaciones en torno a los PMIs se han visto exacerbadas por el foco de los políticos en limitar los riesgos de crédito, lo que seguramente sea un ‘viento en contra’ para el PIB. Sin embargo, el incremento del mismo ya se ha reducido durante un tiempo y ahora apunta a apenas una suave ralentización económica en los próximos meses, que no debería causar grandes cambios en los mercados financieros globales. Después de todo, el gigante asiático lleva ‘frenando’ desde 2010”. Ahora bien, estos analistas reconocen que China “puede convertirse en un foco de preocupación si los PMIs caen por debajo de 50. Aunque tampoco debemos olvidar que el manufacturero de Markit lo ha estados durante los últimos cinco años. Los temores por su economía solo han creado grandes correcciones cuando se han visto acompañadas de grandes movimientos en sus propios mercados como al estallar la burbuja bursátil en 2015 o ante las caídas del yuan ese mismo año y el pasado”. Pero actualmente, concluyen, parece “improbable un sell-off en su renta variable, pues los precios ya no están desvinculados de los fundamentales (…) mientras que en lo que respecta a la divisa, los políticos parecen haber aprendido la lección y siempre que el rally no protagonice un rally importante, la vuelta de la presión extrema sobre el renminbi no parece posible”.
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