Las puntas de lanza en las inversiones alternativas

El sector de las inversiones alternativas esté en el punto de mira en el momento actual. Se encuentra ante una oportunidad histórica para crecer, impulsado por las bajas rentabilidades de la deuda gubernamental, la volatilidad que sacude a los mercados de renta variable y los temores relativos al repunte de la inflación que, en conjunto, podrían despertar el interés de los inversores por los activos alternativos. En el entorno actual, los profundos cambios macroeconómicos, demográficos y medioambientales están alimentando una demanda sin precedentes de activos ‘reales’. El informe Alternatives 2017 recoge las opiniones de diversos expertos de las boutiques de inversión de BNY Mellon sobre las oportunidades que ofrecen los activos alternativos en el actual entorno de mercado. Los años de expansión cuantitativa y dinero barato han llevado a mínimos las rentabilidades de las distintas clases de activo de renta fija, una situación ante la que los inversores se han visto forzados a elegir entre aceptar las escasas rentabilidades que ofrecían los mercados de menor riesgo como el crédito con grado de inversión o aceptar más riesgo crediticio y enfrentarse a la posibilidad de sufrir cuantiosas pérdidas. Las inversiones alternativas pueden ofrecer opciones potencialmente más atractivas para obtener rentabilidades más altas sin tener que adoptar un mayor nivel de riesgo. Los activos gestionados (AuM) en inversiones alternativas en todo el mundo alcanzan ya los 6,2 billones de dólares , una cifra exponencialmente superior al billón de dólares que registraba este segmento en 1999 y que se estima que podría alcanzar los 13 millones de dólares en 2020 . Según un informe de BNY Mellon/FT Remark publicado en 2016, en el que participaron 400 grandes inversores institucionales, las inversiones alternativas generaron sólidas rentabilidades en un periodo de doce meses que cumplieron o superaron las expectativas del 93% de los encuestados.

Fuente: BNY Mellon
Fuente: BNY Mellon
Las inversiones alternativas, término que engloba los activos que se salen de las categorías tradicionales de renta fija, renta variable y efectivo, ofrecen un enorme abanico de oportunidades de inversión, cada una con sus propias características de rentabilidad y riesgo. Oportunidades en infraestructuras y renovables “En el universo de las inversiones alternativas, los activos de infraestructuras y los de energías renovables son probablemente los que tienen más posibilidades de generar rentabilidades estables en un periodo de doce meses”, asegura Suzanne Hutchins, gestora de carteras del equipo Real Return de Newton (parte de BNY Mellon). Desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, se comprometiese a invertir un billón de dólares en la renovación y el desarrollo de los servicios básicos del país a lo largo de los próximos años, las infraestructuras han ganado popularidad como tema de inversión. “Sin embargo, la inversión en infraestructuras no siempre depende del impulso político que pueda recibir y tampoco debería reducirse a eso en esta ocasión. Nos gustan los vehículos de infraestructuras cotizadas que invierten en proyectos preconstruidos, que cuenten con respaldo gubernamental y estén sujetos a mecanismos de pago basados en la disponibilidad, como cárceles u hospitales”, apunta Hutchins. Se estima que Estados Unidos necesita invertir unos 3,6 billones de dólares hasta 2020 para subsanar deficiencias en su red de infraestructuras y el 80% de esa cantidad se financiará mediante la emisión de bonos municipales. Como explica Christine Todd, presidenta y directora de estrategias de seguros y eficiencia fiscal en Standish (parte de BNY Mellon), “los bonos municipales de Estados Unidos registran niveles de volatilidad y de correlación con otras clases de activos relativamente bajos desde el punto de vista histórico”. Las energías renovables, por su parte, pueden ofrecer flujos de caja estables a largo plazo con buena visibilidad, vinculados a la inflación y muy poco sensibles al ciclo económico. “Sin embargo, es una clase de activo que suele pasarse por alto, pese a que está menos expuesta a los programas de expansión cuantitativa o las políticas de tipos de interés al 0% que otros activos financieros”, señala Paul Flood, gestor de estrategias multiactivos con objetivo de generación de rentas en Newton (parte de BNY Mellon).

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