«Iniciar el tapering demasiado pronto podría ser negativo»

Las previsiones de crecimiento del PIB son positivas en todas las regiones principales a nivel global, y además han sido revisadas al alza, un entorno macro que invita a ser optimistas, según declara Nicolas Chaput, Global CEO & Co-CIO de Oddo BHF, que realiza el siguiente análisis: Nos encontramos ante una aceleración del crecimiento global, los indicadores de sentimiento económico están en verde, hemos presenciado un cambio en el equilibrio de los riesgos políticos y Francia ha dejado de ser un peligro para la zona euro, convirtiéndose en una oportunidad. Estados Unidos En Estados Unidos, el escenario central del consenso es un rebote en el crecimiento del 3% en el segundo trimestre de 2017 y la presión sobre la administración de Trump para cumplir al menos parte de sus medidas de estímulo también podría impulsar el crecimiento. Sin embargo, nos encontramos con que, por el momento, el presidente estadounidense ha incumplido la mayoría de sus promesas. De hecho, sólo ha cumplido la retirada del Acuerdo de París contra el cambio climático pero aún están pendientes las rebajas de impuestos a empresas y familias, el incremento del gasto en infraestructuras, la derogación del Obamacare, la repatriación de efectivo, las implementación de medidas inflacionistas, la salida del NAFTA y la construcción de un muro en la frontera con México. En el terreno de la política monetaria, mientras la inflación no repunte, no hay necesidad de acelerar el ritmo en las subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, por lo que la atención sigue centrada en la reducción del tamaño de los balances del banco central estadounidense. El objetivo de la Fed es evitar una reacción exagerada del mercado con una venta muy progresiva de títulos pero no volver al volumen previo a la crisis. Europa En Europa, la incertidumbre política quedó superada con los resultados electorales en Francia y los Países Bajos. La elección de Emmanuel Macron como presidente de Francia ha mejorado las previsiones sobre un refuerzo en el proceso de integración europeo. En cuanto a la economía, las dinámicas positivas de crecimiento parecen estar sincronizadas en los distintos países de la región, aunque Italia todavía está considerada el eslabón débil de las grandes economías de la zona euro. El ciclo de crédito sigue en marcha, tanto para las empresas como para los hogares. Los precios son la única zona gris pero si continúa la tendencia de impulso a la creación de empleo, la presión en los salarios puede comenzar a repuntar. Asimismo, se espera que las políticas monetarias del BCE sigan siendo muy acomodaticias durante un largo periodo de tiempo. El organismo que preside Mario Draghi aumentó sus previsiones de crecimiento pero redujo las de inflación. De cara a la reunión de septiembre, se espera que el organismo mantenga el modo acomodaticio y que el Consejo de Gobierno vote una extensión del programa de compras hasta 2018. A pesar de la escasez en los bonos, iniciar el tapering demasiado pronto podría ser negativo.

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