El organismo dirigido por Kristalina Georgieva ha dicho que calcula un crecimiento de 0,2 % del PIB de América Latina y Caribe al cierre de 2019 y de 1,8 % en 2020, en buena parte, por influencia de la actividad global y “la incertidumbre con respecto a políticas económicas”.
En ese contexto, «la política monetaria puede seguir siendo una palanca importante para enfrentar escenarios negativos«, dijo Alejandro Werner, director del hemisferio occidental FMI, de acuerdo con un reporte de la agencia Reuters en Colombia.
A pesar de tal posibilidad de impulsar la economía con un dispositivo monetario (tipos básicos) ante un cuadro de “anemia”, la región está limitada por un nivel elevado de deuda en moneda extranjera, que dificulta equilibrar la relación PIB-deuda, agregó Werner.
«Las autoridades deben encontrar la velocidad adecuada de consolidación fiscal para no generar un impacto importante en el corto plazo, pero sí mandar señales de consolidación en el mediano plazo”, puntualizó el directivo revelando así la orientación del FMI sobre las próximas reformas en la región.
Plazos y calificación
En ese mediano plazo, la agencia Fitch observa presiones bajistas para las calificaciones soberanas en la región, por lo que ha recortado su pronóstico de crecimiento a un 0,7 % desde el 1,9 % que había estimado en el segundo trimestre de este año.
Como el FMI, Fitch también considera que es limitada la capacidad de esos países para realizar reformas económicas y fiscales tendientes a “impulsar la productividad, incrementar la inversión, reducir los déficits y estabilizar la deuda pública”.
“Un crecimiento mundial y chino más lento así como la volatilidad de precios de materias primas, vinculadas con las persistentes incertidumbres relacionadas con el proteccionismo comercial, es un desafío externo clave para América Latina”, dijo Fitch en un comunicado.
Nota latinoamericana
En esa línea, la calificadora considera que el nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, deberá tomar “algunas medidas políticamente difíciles y socialmente impopulares” para plantear una “política económica creíble”. Argentina es CC.
En cuanto a Brasil, si bien Fitch destaca la reforma de pensiones, señala que se necesitan “otras medidas fiscales para mejorar el panorama a corto plazo”. Así, mantiene la nota del país en BB-, tres grados abajo del grado de inversión, con perspectiva estable.
México, el segundo gigante latinoamericano, tuvo una rebaja a BBB en junio. Ello porque, según los calificadores, existe en el gobierno de López Obrador una “incertidumbre en la política local y el aumento de los riesgos por el deterioro del perfil crediticio de Pemex”.
Por último, la agencia sostiene que si bien los bancos centrales en Brasil, Chile, México y Perú ya han recortado las tasas, “los amplios déficit fiscales y desafiantes dinámicas de deuda seguirán pesando en la flexibilidad fiscal, limitando la capacidad de varios gobiernos en la región para estimular la demanda interna”.
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