Carlos Reines: «Tenemos como misión democratizar el acceso a la salud en Estados Unidos»

La startup de salud RubiconMD está revolucionando el complejo y costoso modelo de atención médica de Estados Unidos. Y todo gracias al español Carlos Reines que la fundó junto a su socio en 2013. La plataforma permite a los médicos de atención primaria hacer consultas con especialistas para mejorar la atención del paciente. Carlos Reines fue nombrado Joven Líder Global por el Foro Económico Mundial y tiene un MBA en Harvard. El madrileño ha contado a Dirigentes los detalles de su empresa de salud que atiende a 15 millones de estadounidenses.

¿En qué consiste RubiconMD? 

Es una plataforma de información para médicos de atención primaria y conectamos al médico de familia con un especialista para que hagan consultas remotas de médico a médico. Hacemos consulta electrónica, eConsult. Es decir, en lugar de que al paciente, cuando va a la atención primaria, se le derive a un especialista, lo que hace el propio médico de atención primaria es mandar al especialista fotos como un electrocardiograma o una radiografía, que revisa y, en unas dos horas, responde con sus impresiones y recomendaciones. Esos especialistas pueden ser de Stanford o de Harvard. Nuestro cliente es la clínica y el usuario es el médico, el paciente, a veces, ni se entera que su médico está usando RubiconMD. El paciente no participa directamente, no es telemedicina.

¿Qué se consigue con RubiconMD?

El médico de cabecera consigue tener más información sobre diagnóstico, tratamiento y próximos pasos para el paciente. El 80% de las veces que hacen una consulta así son capaces de mejorar el plan de atención del paciente en atención primaria y se puede empezar con un tratamiento inmediatamente en vez de esperar las tres o cuatro semanas o meses para ver a un especialista. Es bueno para el paciente porque la atención es mejor y más rápida, es bueno para el médico de familia porque está aprendiendo y bueno para el sistema porque estás ahorrando un coste y esto descarga el sistema. 

Fundaste RubiconMD junto a tu socio Gil Addo en 2013. ¿Cómo te decidiste a crear una startup en Estados Unidos?

En 2012 yo estaba haciendo un MBA en Cambridge. Para mí lo más interesante era la oportunidad de emprender y en España en esa época era complicado hacerlo. Mi forma de aprovechar al máximo el máster era emprender. Yo los fines de semana iba a eventos de startups y conocí a Gil y él tenía una idea, trabajamos juntos, ganamos un premio. Al principio hicimos todo manual, con 200 médicos, y un médico nos dijo "esto es increíble, es la mayor interacción paciente – médico que he tenido en los últimos 10 años y a muchos de los pacientes los hubiera mandado a urgencias y esto hubiera desencadenado un gasto elevadísimo". Y ahí fue cuando pensamos "hemos encontrado una idea que realmente funciona a nivel clínico". Después tuvimos que buscar el modelo de negocio, qué tipo de proveedor y compañía de seguros le encajaba, cuál iba a ser nuestro mercado.

¿Por qué decidís precisamente centraros en el sector de la salud para crear vuestra startup?

Tanto Gil Addo como yo hemos tenido experiencias personales o familiares en las que el acceso a la salud ha derivado en complicaciones y pérdida que se podría haber evitado si los médicos hubieran tenido acceso a más conocimiento. La inspiración surge de la frustración con el sistema y con las ineficiencias del sistema de salud. Es por lo que decidimos dedicarnos a la tecnología aplicada a la salud. 

¿Cómo conseguisteis financiación para el proyecto? ¿Cómo se hace ver a los inversores que el sistema sanitario estadounidense necesita RubiconMD?

Los retos del sistema americano quedan claros a todos. Nuestros inversores han sido principalmente fondos de capital de riesgo que hacen solo salud o salud y dos verticales más. Inicialmente teníamos inversores más de propósito general, Angel Investors, Friends and Family. Bob Lufrano, antiguo CEO de Blue Cross and Bule Shield of Florida, fue el primer inversor. Le conocí porque era el padre de una de las compañeras del máster y vino a dar una charla. Se convirtió en nuestro primer consejero, nuestro primer inversor, primer Board Member y sigue siendo a día de hoy mi "executive coach". Ha sido un apoyo increíble y él fue el primer Angel Inverstor. Entre los primeros inversores tuvimos gente vinculada a la red de Harvard, españoles que querían invertir en Estados Unidos y así hicimos la primera ronda que fue de un millón y medio de dólares. Después hicimos una serie A de cuatro millones, una serie B de 10 millones y C de 20 millones. En total llegamos a levantar unos 40 millones de financiación y al final los inversores eran específicos de salud y fondos vinculados a grandes compañías de seguros o proveedores. 

¿Cuántos empleados tiene RubiconMD actualmente?

Somos unas 100 personas. RubiconMD tiene una filial en España en la que tenemos unos 12 o 13 trabajadores que son parte del equipo de desarrollo. No vendemos en España, pero hay tanto talento técnico español que lo hemos aprovechado bien. La parte central de desarrollo de producto está aquí en Estados Unidos, unos 50 o 60 empleados de RubiconMD están en Nueva York.

¿A cuántos pacientes ha llegado RubiconMD y en cuántos estados del país está funcionando?

Prácticamente en todos. A día de hoy hay unos 8.500 médicos utilizando RubiconDM en Estados Unidos y esos atenderán a unos 15 millones de pacientes, con lo cual la expansión geográfica ha sido por todo el país. Con nuestro concepto de consulta electrónica hemos visto los resultados con cientos de miles de consultas y esos resultados son increíbles con especialidades como dermatología, hematología o cardiología, donde el valor para el paciente como para el médico de atención primaria y para el sistema está siempre ahí. 

¿Es para toda la población, incluyendo gente que no tiene recursos para tener un seguro privado en Estados Unidos?

Sí, así es. Estados Unidos es el país que más gasta en salud, -casi el 20% del PIB- y es una cifra altísima, casi cuatro billones de dólares y la media de la OCD es el 10%. Lo peor de todo es que las métricas de calidad no son tan altas y es un sistema en el que el acceso es muy muy malo. El 50% de los estadounidenses no pueden ir a ver al especialista si están en una zona rural, si no tienen seguro o si están cubiertos por Medicaid. En estas poblaciones desfavorecidas es casi imposible que puedan ver a un especialista con lo cual en estas poblaciones desfavorecidas RubiconMD tiene un impacto espectacular. Si no es por nuestra empresa no podrían ver a un especialista y menos de los mejores centros académicos. Ahí el impacto es brutal.

¿Qué productos vendéis y ofrecéis?

Trabajamos mucho con Medicare Advantage, generalmente para mayores de 65 años que tienen acceso al seguro público para ancianos a través del gobierno y son poblaciones complejas con enfermedades crónicas y dificultades de acceso a la salud. También tenemos un segmento comercial que son las empresas que tienen clínicas dentro de sus sedes, como Facebook o Microsoft, y RubiconMD les va muy bien. Tenemos un segmento en cárceles, y es que un traslado de un recluso a un especialista requiere complejidad operativa y coste. Y además trabajamos con las clínicas de bajo recursos. Con la pandemia han surgido muchas empresas de telemedicina que hacen el primer paso del paciente a un médico generalista y éste usa RubiconMD para hacer el segundo salto virtual, y es otra parte del negocio que ha sido muy interesante ver crecer.

Durante la pandemia desarrollamos una solución para la salud mental, un modelo que se llama de atención colaborativa. Esto quiere decir que cuando una clínica de atención primaria está viendo a un paciente que tiene un problema, ya sea de depresión, ansiedad o algo más complejo como abuso de sustancias, nosotros le ofrecemos psiquiatras remotos que trabajan muy de cerca con esa persona y a los médicos les permite hacer cambios en la medicación, mejorar el diagnóstico, es un seguimiento más a largo plazo. La evolución de esto es replicar este modelo en enfermedades crónicas que son muy prevalentes en ancianos, diabetes, enfermedad crónica del riñón, enfermedad cardiovascular y ahí es donde está yendo la innovación de la empresa. 

¿Cuál ha sido el momento más difícil en el camino hasta llegar a lo que es ahora RubiconMD en Estados Unidos?

Creo que el arranque fue difícil porque emprender es difícil y en un entorno totalmente nuevo, yo no sabía nada del sistema de salud americano, ni de startups (yo venía de trabajar en Siemens y en Telefónica que son empresas muy grandes). Yo no sabía nada de venture capital y no tenía una red de contactos. Estaba recién aterrizado en el MBA. El primer verano arrancando la empresa en Nueva York fue difícil mantenerse, no nos podíamos pagar un salario, y yo tenía la deuda del MBA, así que los primeros meses, el primer año, fueron bastante apretados, y arrancar sin tener el apoyo y el contexto fue durísimo. Y da la casualidad que mi socio es afroamericano y yo hispano, somos parte del 2% de todo el capital de riesgo que va a fundadores con estos perfiles, y esto es otra barrera en Estados Unidos, y generalmente las rondas de financiación han sido duras, sobre todo las primeras tanto en la serie A y B estábamos a semanas de que se nos acabara el capital y empezar a hacer cosas drásticas como dejar de pagar salarios y eso hubiera supuesto un riesgo gigantesco para la empresa. 

Es un camino durísimo. La contraparte de eso es que el nivel de aprendizaje es brutal. Te fuerza a desarrollarte como gestor y ejecutivo a un ritmo que es difícil encontrar en otro entorno. A pesar de que es una actividad de alto riesgo, te ayuda a desarrollarte mucho y es conocimiento que puedes aplicar prácticamente en cualquier otra actividad. 

¿Cómo han cambiado tus funciones en la empresa desde que la creasteis?

Han cambiado mucho a lo largo del tiempo. Cuando arrancamos construía el primer prototipo y trabajaba con los programadores que construían la primera plataforma. En los primeros cuatro años hacía todas las operaciones, toda actividad interna. La labor comercial la hacía mi socio porque era el que había nacido aquí, por acento y demás. Y ha sido un cambio de 180 grados y ahora me encargo de toda la parte comercial: marketing, ventas, implementación, gestión de clientes, equipo médico y temas más internos como tecnología, operaciones… Lo más bonito durante estos años es que Gil y yo hemos tenido una relación en la que hemos sido prácticamente intercambiables en cualquier función y el objetivo siempre ha sido contratar a gente que es mucho mejor que nosotros en su disciplina, con muchos más años de experiencia y así poder ir delegando funciones. Siempre hemos buscado perfiles a los que les pedimos que tengan mucha autonomía, que se encarguen de gestionar su área. 

¿Qué sientes cuando ves que estás ayudando a la gente? 

Satisfacción personal, tanto yo como todo el equipo. La cultura de RubiconMD es muy buena porque todo el mundo es muy "mission oriented " y quieren aplicar su talento a que el mundo funcione mejor y con la salud el impacto es tan claro. Cada dos semanas hacemos reunión de equipo y compartimos algunos de los casos y los médicos nos cuentan el impacto en los pacientes y realmente se te pone la piel de gallina porque le estás cambiando la vida a alguien con pocos recursos y el impacto es real. Eso motiva muchísimo y ayuda a pasar mejor esas épocas más difíciles cuando te estás planteando si todo tiene sentido y ves que sí.

¿Alguna idea de internacionalización, de expandir RubiconMD a otros países?

De momento no. Somos un equipo muy pequeño y el mercado estadounidense es muy grande, ya hemos entendido su contexto y su marco regulatorio por lo que ahora es muy difícil justificar algo fuera. Hemos hecho cosas sin ánimo de lucro en otros países. Damos acceso a la plataforma de forma gratuita a médicos que son voluntarios en desastres naturales, campos de refugiados, escuelas en Haití, República Dominicana, México, Nigeria o campos de refugiados en Kenia. Es una parte pequeñita de lo que hacemos pero es muy bonita y es nuestro sabor internacional.

¿Crees que al sistema sanitario de España le vendría bien RubiconMD o está más pensado para el sistema estadounidense?

Le vendría bien por distintos motivos. En Estados Unidos funcionamos tanto en la parte pública de Medicaid y Medicare y en la parte privada. En España sería casi una solución exclusiva para la sanidad pública porque la mayor parte de la atención primaria está en la sanidad pública y aportaría valor en el sentido de si evitas derivaciones consigues descargar las listas de espera que es uno de los principales problemas que se oye tanto estos días. El concepto de consulta electrónica me encantaría que se implantase en España, sería muy bueno para el sistema. 

¿Cuáles son vuestros objetivos?

Tenemos como misión democratizar el acceso a la salud. Generalmente hemos tenido el objetivo de doblar el negocio cada año, en volumen de consultas y de ingresos. Desde hace un año RubiconMD fue adquirida por Oak Street Health que era uno de nuestros clientes históricos, que hace clínicas para ancianos. Asumieron el riesgo total financiero por el riesgo de salud de los pacientes de atención primaria y es un encaje perfecto con RubiconMD. Ya hacíamos mucho trabajo de innovación con ellos y ahora estando bajo el mismo techo, hemos avanzado mucho y hemos visto el tráfico crecer una barbaridad. Nos gustaría hacer más con la base que tenemos de médicos, más innovación, más productos, más tecnología y en paralelo seguir añadiendo médicos a la plataforma porque sigue siendo una parte pequeñísima del mercado americano.

Carlos, ¿seguirás centrado en el sector salud o se te ha pasado por la cabeza emprender en algún otro sector? Si es así, ¿en cuál y por qué?

Es una buena pregunta, no lo sé. De momento estoy aquí y creo que nos queda mucho por hacer en RubiconMD. A corto plazo no, a largo plazo probablemente sí. Me veo más como emprendedor que como gestor en una empresa grande o corporación. Creo que si volviese a emprender volvería a hacerlo en salud porque es un sector que me apasiona y emprender es muy difícil a la vez que muy bonito, pero si estás emprendiendo en un sector donde ves el impacto tan claro en los pacientes, los retos se vuelven más digeribles.
 

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