En un mundo globalizado, las fronteras han reducido considerablemente su tamaño y la posibilidad de visitar países lejanos cada vez está más democratizada. Los turistas demandan experiencias memorables y viajes que sean cada vez más personalizados. Las empresas deben incorporar estas nuevas tendencias a sus ofertas, que poco a poco se van erigiendo como nuevos estándares en la propia industria.
Radiografía actual del turismo
Como explica el profesor Diego Santos, de EAE Business School, el contexto del turismo ahora está “marcado por una creciente competencia y una oferta en constante expansión”. Con ello, los consumidores se han convertido en el foco determinante de los servicios y productos ofrecidos.
“La necesidad de conquistar a los clientes en un mercado saturado impulsa a las empresas a innovar y diferenciarse”, afirma Santos. Con ello, los mercados emergentes se sitúan ahora con un mayor atractivo que los tradicionales, ya que ofrecen nuevas opciones para “explorar y descubrir”, lo que lleva a vivir experiencias “auténticas y únicas”.
Además, según manifiesta el experto de EAE, la diversificación de destinos se presenta, también, como una estrategia para desaturar los puntos de interés más concurridos, “favoreciendo un turismo más sostenible y distribuido”.
Sin embargo, durante los últimos tiempos estamos asistiendo a un incremento generalizado del precio de los vuelos que se encuentran lejos de situarse en el rango de los precios anteriores a la pandemia. Diego Santos achaca este encarecimiento a una serie de factores interconectados que han “reconfigurado el panorama de la industria aérea” a lo que se suma “la marca indeleble” de la pandemia del Covid-19.
El precio de los billetes de avión se ve presionado ante el incremento notable en la demanda de viajes, después de levantarse la mayoría de restricciones sanitarias. A esto se suma la disponibilidad reducida de vuelos, derivada de que las aerolíneas y los aeropuertos no han conseguido recuperar su plena capacidad operativa y de recursos previa a la pandemia. Diego Santos, añade que el alza en los precios del combustible se traslada también al consumidor.
¿Qué evolución cabe esperar?
Igual que en otros sectores, la sostenibilidad tendrá que ver mucho en el desarrollo o evolución más cercanos del turismo. Como explica el profesor de EAE Business School, “la creciente conciencia sobre el cambio climático y la responsabilidad social corporativa conducirá a un turismo más verde, donde la reducción de la huella de carbono y la promoción de prácticas ecológicas serán fundamentales”.
Asimismo, cabe esperar que la digitalización siga transformando la experiencia turística, ofreciendo soluciones personalizadas y mejorando la accesibilidad a través de tecnologías emergentes como la IA y el big data.
Diego Santos, también considera que la diversificación de destinos se “intensificará” con un enfoque en descubrir nuevos lugares para evitar el “sobreturismo”, un enfoque que también responderá “a la demanda de experiencias auténticas y enriquecedoras que se alejarán de paquetes turísticos convencionales hacia propuestas que permitan una conexión más profunda con la cultura local y la naturaleza”.
Características del turismo del futuro
El futuro del turismo pasa por la capacidad del sector de adaptarse a la evolución de la tecnología que “promete revolucionar no solo cómo experimentamos los destinos, sino también cómo estos se adaptan a nosotros”, según afirma Santos.
“La tecnología emergente, como las interfaces neuronales directas y las traducciones en tiempo real impulsadas por IA, promete un futuro donde cada experiencia turística sea completamente accesible para personas con diversas capacidades, eliminando barreras y abriendo el mundo a todos”, añade el profesor de EAE Business School.
Asimismo, el turismo debe adaptarse e implementar prácticas turísticas responsables y sostenibles y desarrollar políticas que apoyen la resiliencia del turismo a nivel global.
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