Que el futuro de las empresas, incluidas las pymes, pasa por la sostenibilidad, es innegable. No sólo por el hecho de que, si no se apuesta por un futuro sostenible, las empresas enfrentarán crisis de recursos, producción y viabilidad; sino también porque ya se recoge en la normativa. Y es que, las crecientes regulaciones en materia de sostenibilidad han hecho que numerosos aspectos de la sostenibilidad pasen de ser algo opcional a convertirse en requisitos de obligado cumplimiento.
Ninguna empresa está exenta de ello pues, aunque inicialmente estas normativas parecían dirigidas solo a las grandes empresas, paulatinamente están llegando también a las pymes. Lo hacen de forma directa, conforme nos vamos acercando al año de aplicación de las leyes en estas entidades, o indirectamente, a través de los requisitos de las cadenas de suministro de las grandes empresas.
Esto deja claro que la transformación sostenible de la pyme es algo inminente, pero no por ello exento de retos. A la mayoría de las pequeñas y medianas empresas les preocupan los costes esta implementación, no solo en cuanto a la inversión en infraestructura y tecnología, sino también en la contratación de personal cualificado para integrar los criterios de sostenibilidad en el negocio. Y esta concepción de la sostenibilidad como “coste” en lugar de “inversión” impide avanzar. Recordemos que no hace mucho, pasó lo mismo con la digitalización.
Ésta también planteaba grandes desafíos en estas empresas y hoy en día es un componente esencial de cualquier negocio competitivo. En el caso de la sostenibilidad, también debe ser vista bajo esta misma perspectiva: no como un gasto adicional, sino como una inversión crucial para la supervivencia y el crecimiento a largo plazo.
En concreto, si las pymes ahora inician esta transformación, tendrán más posibilidades de acceder a nuevos mercados, aprovechando la creciente demanda de productos y servicios sostenibles para atraer a consumidores responsables. Además, la incorporación de la circularidad en el negocio puede mejorar la eficiencia en el uso de recursos, reduciendo la generación de residuos y los costes derivados; lo mismo ocurre con el ahorro de costes en agua y energía.
Por otro lado, las entidades bancarias y otros actores vinculados con la financiación de empresas están activando productos de financiación específicos para pymes ligados a la sostenibilidad empresarial. También, la administración pública cada vez tiene en cuenta más criterios de sostenibilidad en la concesión de subvenciones públicas o para contratar con determinadas compañías. Aumenta, además, la posibilidad de negocios con grandes empresas e inversores, que cada vez consideran más el avance en sostenibilidad de las pymes al seleccionar opciones.
Porque en la actualidad, la sostenibilidad también es sinónimo de competitividad. De hecho, de acuerdo con nuestra última Consulta empresarial sobre desarrollo sostenible, el 81% de las pymes considera que la sostenibilidad ofrece ventajas competitivas respecto a otras empresas del mismo sector.
Todo ello ha llevado a que cada vez más pequeñas y medianas empresas apuesten por la sostenibilidad empresarial. De hecho, podemos decir con orgullo que ya un 89% de las pymes españolas encuestadas lleva a cabo acciones que impactan en alguno de los ODS. Esto supone una gran noticia para el desarrollo sostenible, teniendo en cuenta que las pymes desempeñan un papel fundamental en la economía de nuestro país, representando la mayor parte del empleo y la producción.
Pero para que este porcentaje crezca, es necesario seguir apoyando a estas empresas, proporcionándoles financiación, recursos, formación y guías de actuación que las ayuden a iniciar la transformación sostenible. Desde el Pacto Mundial de la ONU España tenemos ese compromiso y, por ello, en los últimos años hemos ampliado nuestros servicios a pymes.
Dos ejemplos de ello la creación en abierto de un espacio web de referencia con más de 90 recursos seleccionados y buenas prácticas para mejorar la integración de los ODS y los Diez Principios en las pequeñas y medianas empresas. Y, por otro lado, el lanzamiento junto a la Fundación ICO y al ICEX de un programa pionero de capacitación en sostenibilidad para pymes proveedoras de grandes empresas españolas.
Este tipo de iniciativas son fundamentales para que las pymes puedan adaptarse y prosperar en un entorno cada vez más exigente en términos de sostenibilidad. Porque más allá de cambiar la percepción de la sostenibilidad como coste, debemos de ayudar a resolver los desafíos a los que se enfrentan estas empresas.
Recordemos que, sin ellas, no será posible alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ni cumplir con los compromisos climáticos a nivel nacional ni europeo, ni tampoco el Acuerdo de París. Las pymes son imprescindibles en este camino hacia un futuro más sostenible. Su participación activa y comprometida es esencial para lograr los cambios necesarios en la economía global y asegurar un desarrollo equilibrado y responsable.
Hagamos posible que la sostenibilidad también sea cosa de pymes.
Opinión