En un periodo tan familiar como puede ser el verano, la soledad de nuestros mayores parece no tener cabida, sin embargo, los datos demuestran lo contrario.
Un gran sector de la sociedad disfruta de sus vacaciones durante este periodo, lo que modifica sus rutinas. Eso puede afectar al tiempo que pasamos con nuestros familiares mayores. Además, las altas temperaturas los excluyen de muchos planes debido al riesgo que conllevan para este colectivo. El resultado es el aumento de la soledad no deseada y el aislamiento social en personas mayores de 65 años.
Según datos recogidos en varias encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la soledad es una situación que afecta a todas las franjas de edad, pero las más damnificadas son las mujeres mayores de 65 años.
En estas circunstancias, muchas personas mayores ven cómo su círculo social se va reduciendo y sus familiares están muy ocupados con una vida que es cada vez más frenética. Las oportunidades de descubrir nuevos entornos para socializar se reducen y la familia se vuelve un pilar fundamental para el bienestar físico, psicológico y social de estas personas.
La demanda de cuidados a mayores aumenta un 60% en verano
Según Senniors, compañía especializada en cuidados de personas mayores y dependientes, el verano es una época del año crítica en la que los riesgos que sufren las personas mayores aumentan, especialmente por el calor extremo y por ese incremento de aislamiento y soledad.
La compañía afirma que durante los meses de junio a septiembre la demanda de servicios de cuidados profesionales en el hogar aumenta hasta un 60%. Esto incluye tanto cuidadores como terapias especializadas en el bienestar de las personas mayores.
Las ventajas de contar con profesionales de los cuidados en el hogar frente a cuidadores no profesionales son numerosas. La sociedad española es cada vez más consciente de este hecho y esto se refleja en los datos. De las más de 5200 familias que han atendido, casi 1400 comenzaron su relación con Senniors durante los meses de verano.
Las más solicitadas son: cuidadores internos y por horas, terapias especializadas como fisioterapia, terapia ocupacional, podología y psicología.
Senniors acumula un total de 200.000 horas de servicios a familias españolas, datos que confirman un aumento de la preocupación por los mayores y la importancia de los cuidados profesionales en el hogar, así como un auge los nuevos modelos de cuidados, buscando cumplir con nuevas necesidades y exigencias para abordar los cambios sociales.
¿Cómo evitar la soledad de nuestros mayores en periodo de vacaciones?
Para evitar estas circunstancias y velar por el bienestar de nuestros seres queridos, hay una serie de puntos que podemos barajar de cara a unas vacaciones familiares exitosas.
- Un destino vacacional adaptado
Elegir el destino vacacional teniendo en cuenta la localización de la persona mayor puede incluirla en los planes familiares. De esta manera, podrá participar en planes comunes o la familia puede visitarla en su hogar y pasar tiempo juntos. Según numerosos estudios, las actividades intergeneracionales tienen muchos beneficios para todos sus participantes y ayudan a la dinamización de la participación social de las personas mayores.
Otra manera es elegir un lugar de vacaciones que esté adaptado a sus necesidades. Que tenga espacio para transitar y el acceso esté adaptado en caso de requerirlo para sus movilizaciones, en el que no haga excesivo calor o el lugar esté preparado para afrontar altas temperaturas, etc.
- Apoyo para un mayor descanso
Si queremos compartir momentos y recuerdos con nuestros seres queridos mayores, pero también queremos que reciban los mejores cuidados, podemos contar con un cuidador profesional que nos acompañe durante el periodo vacacional.
Esta persona puede ser la cuidadora habitual, que se traslade con la familia temporalmente durante esta época o una persona empleada para cubrir esta necesidad puntual. Un cuidador profesional en casa alivia la carga de cuidados para facilitar que toda la familia pueda disfrutar del merecido descanso. Gracias a esta figura, la persona mayor podrá mantener sus rutinas. Además, tendrá ayuda en las movilizaciones, control de la medicación, apoyo en actividades de la vida diaria (asearse, vestirse, comer…) y sus necesidades estarán cubiertas.
- En casa, como en ningún sitio
En el caso de que nuestro familiar no pueda unirse al plan vacacional, o no quiera hacerlo, podemos contar con una persona que se encargue de sus cuidados de manera profesional. Los cuidadores internos permanecen en el hogar y acompañan a la persona mayor durante la jornada. De esta manera, sus necesidades quedan cubiertas mientras disfruta de atención y compañía, lo que reduce la soledad y el aislamiento.
Además, al tratarse de cuidados profesionales, esta persona puede detectar alertas tempranas y gestionar situaciones fuera de la rutina para incrementar el bienestar del familiar. Cuando estos profesionales forman parte de un plan de cuidados integral, la persona cuidada cuenta además con otras figuras que velan por ella, como coordinadores asistenciales o terapeutas.
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