Seguridad y privacidad de datos en el sector financiero: ¿está tu información realmente protegida?

Por Iván Santiago Viñambres, director de ciclo de vida del crédito en Iberia de PFSTECH

En la actualidad, vivimos en un mundo donde la información tiene un valor incalculable. Los datos financieros que compartimos a diario con bancos y plataformas de inversión revelan mucho sobre nosotros: desde nuestros hábitos de consumo hasta nuestra capacidad de ahorro. En este contexto, la verdadera pregunta que debemos hacernos es si nuestros datos están siendo realmente protegidos.

¿Podemos sentirnos seguros cuando interactuamos con el sistema financiero? La respuesta a esta pregunta está, en gran parte, en la tecnología.

El software especializado se ha convertido en nuestro guardián moderno, protegiendo la información de las amenazas que acechan en la red. Herramientas como el cifrado de extremo a extremo (E2EE) aseguran que, incluso si alguien intercepta los datos, estos sean inaccesibles. La autentificación multifactor (MFA), por ejemplo, añade una capa extra de seguridad, pidiendo a los usuarios que confirmen su identidad a través de múltiples métodos.

En el sector financiero, manejamos información sensible relacionada con nuestra posición laboral y productos financieros. Con el auge de la tecnología, la mayoría de las interacciones se han vuelto digitales y nos surgen dudas sobre la protección de nuestros datos: ¿Estoy protegido? ¿Mis datos están seguros?

Como suele ocurrir en el ámbito tecnológico, la ley tiende a ir un paso por detrás de la innovación. Las nuevas tecnologías emergen rápidamente, y es solo después que los marcos regulatorios se desarrollan para gestionarlas adecuadamente.

Un ejemplo de esto es DORA (Digital Operational Resilience Act), una normativa europea que ha surgido para responder a la creciente necesidad de protección de datos en el sector financiero. Mientras los avances tecnológicos ofrecen nuevas soluciones, también plantean nuevos riesgos. DORA busca cerrar esta brecha, exigiendo que las entidades financieras fortalezcan su resiliencia digital. Entre sus exigencias, se incluyen requisitos sobre la seguridad de las contraseñas y la robustez de los sistemas, asegurando que la información de los clientes esté protegida según los estándares más estrictos.

No obstante, otras herramientas como los Firewalls y Sistemas de Prevención de Intrusiones (IPS) o Software de detección y Respuestas de EndPoints (EDR) son sólo otros dos ejemplos de cómo el software contribuye a la seguridad de la información.

Ahora bien, ¿qué pasa con el sector legal? Aunque hoy estamos enfocados en el financiero, merece la pena destacar que el sector legal también se encuentra inmerso en esta carrera hacia la digitalización. Y aunque no todas las jurisdicciones han adoptado la tecnología al mismo ritmo y existen diferencias significativas en los niveles de digitalización todas, de una forma u otra siguen dando pasos en este sentido.

Un ejemplo de lo anterior es el proyecto del Expediente Digital promovido por el Ministerio de Justicia, cuyo objetivo es digitalizar y modernizar los procesos judiciales, permitiendo gestionar los documentos y actuaciones judiciales de manera electrónica, sin necesidad de utilizar papel.
Este es un claro ejemplo del esfuerzo de las organizaciones para lograr una “justicia sin papeles”, facilitando un acceso más rápido, eficiente y, sobre todo, más seguro a la información, tanto para los profesionales del sector como para los ciudadanos. Todo lo anterior nos da una buena muestra de que, a medida que el mundo se digitaliza, proteger la información será crucial.

La seguridad de los datos financieros es, ante todo, una cuestión de confianza. Los clientes esperan que sus datos estén bien protegidos y que las empresas adopten las soluciones más avanzadas para asegurar su seguridad. Por ello, es fundamental que, como profesionales del sector financiero, revisemos continuamente nuestras herramientas y sistemas para garantizar que cumplen con los estándares más exigentes.

Sin duda, el software es nuestro aliado. Las amenazas digitales evolucionan rápidamente, por eso, invertir en tecnología que mantenga la privacidad y seguridad, es una responsabilidad. La digitalización en el sector financiero ha cambiado la forma en que manejamos nuestro dinero y, también, cómo protegemos nuestra información. Porque no se trata solo de cumplir con la normativa, sino también de ganarnos la confianza que nuestros clientes merecen.

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