2024 se aproxima a su recta final convirtiéndose en un buen año desde el punto de vista macroeconómico. Desde CaixaBank Research prevén que el PIB de este ejercicio crezca en torno al 2,8% respecto al de 2023, lo que supone un ritmo superior en más de 1 punto a lo que se esperaba a principios de año. Los factores que demuestran esta situación se explican desde dos perspectivas. Por una parte, “la mitad de la sorpresa positiva proviene de un desempeño mejor de lo anticipado por parte del sector exterior, impulsado por el turismo y los servicios no turísticos”. Mientras que, la otra mitad es consecuencia de “un crecimiento mayor de lo esperado del consumo de las familias, que se ha empezado a reactivar en este 2024” y, también, del consumo público.
Así, en su último informe publicado sobre perspectivas económicas, la entidad afirma que 2024 termina mejor de lo esperado y anticipa un arranque 2025 «sólido” desde el punto de vista macroeconómico. En este sentido, las previsiones para el nuevo año indican que la economía moderará ligeramente su ritmo de crecimiento hasta el 2,3%, “un ritmo dinámico y muy superior al 1,3% que se espera en la eurozona”.
A la hora de analizar cuáles son los motores que apoyarán este crecimiento, CaixaBank Research destaca cinco elementos.
En primer lugar, el informe detalla que se espera que los hogares “continúen recuperando poder adquisitivo”, lo que acelerará el consumo privado. En esta línea, la demografía también representa una pieza fundamental. La llegada de población en los últimos dos años ha crecido aproximadamente un 1% interanual debido, en gran medida, a la llegada de un millón de inmigrantes, lo que ha permitido incrementar y rejuvenecer la fuerza laboral. Por ello, aunque “el mercado de la vivienda puede ser un cuello de botella para los flujos de inmigración”, también “puede contribuir a mayores flujos si el aumento de actividad en el sector inmobiliario atrae a más mano de obra”.
Además, el mercado laboral también representa otro motor de crecimiento que va a permitir generar más riqueza y afianzar el consumo de los hogares. El análisis prevé la “creación neta promedio de algo más de 400.000 puestos de trabajo en 2025 y una pequeña caída de la tasa de paro”.
Por su parte, el turismo se erige como una palanca clave de crecimiento. No obstante, su contribución al crecimiento del PIB en 2025 será menor que en 2024. Y, de forma paralela, la inversión “tiene margen para crecer” y se espera una contribución más “modesta” del consumo público “en un contexto de reintroducción de las reglas fiscales europeas, que obligará a una cierta contención del crecimiento del gasto público”.
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