La digitalización es un proceso que ha pasado de ser un valor añadido a convertirse en una parte imprescindible de la estrategia de alcance y desarrollo de todas las empresas incluyendo a las pequeñas, que son la parte más importante -llegando al 95% del tejido productivo de nuestro país-. Y es que, la digitalización es actualmente una ventana al cambio que abre nuevas y diversas posibilidades de negocio para aquellas empresas que decidan subirse a este tren.
Según los datos del Gobierno de España, las empresas y administraciones públicas de nuestro país continúan avanzando en su camino hacia la digitalización. Así lo recogen varios de los informes que se publicaron el año pasado, comenzando por el índice DESI (Digital Economy and Society Index), elaborado en el marco de la Comisión Europea. Este índice se ha alineado con el Plan de Recuperación y Resiliencia y los objetivos establecidos en la Brújula Digital de la Década Digital de la UE. De esta forma se han pasado a medir 4 indicadores: el capital humano, la conectividad de banda ancha, la integración de las tecnologías digitales por parte de las empresas y los servicios públicos digitales.
Según el índice DESI, España se posiciona en 7ª posición, mejorando dos posiciones con respecto al año anterior. Gracias a las subvenciones englobadas dentro del kit digital y a la labor de agentes digitalizadores se prevén mejores resultados de cara al 2023. En este sentido, que las pymes cuenten con un socio de confianza que, en calidad de agente digitalizador, las ayude en su proceso de digitalización tanto dentro como fuera del marco del kit digital puede acelerar el éxito.
Tener una hoja de ruta personalizada es lo que marcará la diferencia porque no todas las empresas tienen el mismo grado de madurez ni las mismas necesidades. Evaluar y comprender las circunstancias de cada negocio, crear las estrategias digitales adecuadas e implementar soluciones en base a ello, es un proceso muy complejo para cualquier empresa. Por eso, las pequeñas y medianas empresas necesitan el aliado adecuado que les ayude a enfocar su evolución digital, aprovechando oportunidades digitales relevantes que no requieran una alta inversión económica, de conocimiento o de recursos. Optimizar la visibilidad de una pyme puede ir desde empezar a existir en internet gracias a la web, crear una imagen de marca, atraer tráfico (clientes potenciales), vender en market places, lanzar su propio ecommerce o gestionar sus clientes mediante un CRM.
Las pymes ya tienen a su alcance muchas herramientas que fácilmente pueden incorporar en sus procesos de negocio, que están destinadas a ayudarles a crecer y ser más competitivas. Soluciones como la Factura Electrónica que pronto será obligatoria, un CRM para manejar mejor a sus clientes y sus procesos, o herramientas de colaboración en la nube pueden ahorrar costes y permitir tener una organización más ágil y resiliente.
El contexto actual
Según el informe de digitalización, la inversión total en TI en España en 2021 (aún no contamos con datos del informe de 2022) ascendió a más de 49.000 millones de euros, de los cuales 12.000 millones corresponden a pequeñas y medianas empresas, es decir, el 25% del total, muy lejos del peso real en el mercado.
De este informe se puede deducir que la digitalización de los profesionales, pequeñas y medianas empresas en España está todavía en un momento incipiente y por desarrollar. Lo que sí podemos confirmar es que el kit digital va a suponer una inversión fortísima en términos absolutos y que la prioridad de inversión de las pymes a corto y medio plazo, según estudio de IDC y Microsoft, se centrará en todo lo relacionado con el cliente para mejorar las interacciones con sus productos y servicios; la toma de decisiones basada en data, especialmente en lo relacionado con la monetización; la securización de estos datos y, por último, la conexión de la pyme con el ecosistema y su impacto operativo en la distribución.
Una de las razones por las que en la actualidad muchas empresas aún se sostienen sobre herramientas y métodos tradicionales es debido a lo difícil que puede ser adaptarse a la digitalización. Después de todo, no se trata solo de comprar y aplicar una herramienta, también requiere una adaptación de todo el sistema e incluso formar al personal para hacer uso de esta nueva solución de manera correcta. Mi visión particular de este tema es que la principal barrera es explicarle al mercado el valor que pueden tener estas soluciones en cada uno de los casos, aunque es algo que poco a poco va calando en la pyme española y ya está en la mentalidad de cualquier empresa española que emprende.
Muchos negocios aún creen que la digitalización tiene como principal reto la accesibilidad, ya que lo ven alejado de sus posibilidades, pero la realidad es que no. Seguramente es un mercado penalizado debido a los tiempos tan difíciles que hemos vivido, el incremento de precio en las materias primas, en la energía o la pandemia, que ha cambiado la forma de relacionarnos con el mundo, y que además ha requerido de una adaptación a estas nuevas herramientas que necesitan de ayuda experta para ser comprendidas y, además, tener la fuerza y la ambición de querer abrazar ese cambio.
En resumen, estamos hablando de mejorar los procesos de negocio, la relación con los clientes, su satisfacción y la de los empleados gracias a la tecnología. Hoy, más que nunca la digitalización está al alcance de empresas de todos los tamaños y, en este aspecto, la pyme española tiene la oportunidad de acceder al kit digital y contar con el apoyo de expertos en todo el proceso. Lo importante es que las empresas tracen sus objetivos de transformación y la tecnología sea la herramienta para conseguirlo, no un objetivo en sí mismo.
Opinión