El Oceanogràfic de la ciudad de Valencia ha acogido este jueves la inauguración de la tercera edición de REDIT Summit 2023, un evento que tiene el objetivo de promover la colaboración entre centros de investigación, empresas e instituciones a través del conocimiento. Tal y como ha destacado el presidente de REDIT, Fernando Saludes, esta nueva cita no ha querido centrarse en una temática concreta, sino que ha promovido un enfoque “transversal”. Así, a lo largo de toda la jornada se abordarán las diferentes áreas en las que trabaja la red de centros, tales como la economía circular, los nuevos materiales y la inteligencia artificial.
Tomando esta idea como punto de partida, Saludes ha detallado que han querido “poner en primer plano a las empresas que están colaborando con la red de centros”, de forma que sean las organizaciones y los propios empresarios quienes cuenten sus experiencias en primera persona. En esta línea, el objetivo de REDIT Summit 2023 también pretende buscar “personas excelentes con proyectos excelentes” de cualquier parte del mundo para que expliquen en qué consiste su trabajo y se conviertan igualmente en “grandes embajadores” para la región.
En lo que respecta al impulso que supone un evento como REDIT Summit 2023 para la ciudad de Valencia, el presidente de REDIT ha subrayado que se trata de un impacto “positivo”, “creciente” y, en sus palabras, “vamos in crescendo”. Según ha indicado, esta cita se está convirtiendo en “el foro de referencia en materia de tecnología e innovación de la ciudad de Valencia” y una de sus particularidades es la manera en la que abordan las temáticas al escoger cuestiones “disruptivas”, pero “aterrizadas en el tejido y la realidad industrial”.
La concienciación, un reto principal para REDIT
Para Fernando Saludes, la concienciación sobre el hecho de que la I+D+i tiene una recompensa para la sociedad se ha convertido en una prioridad. “Creo que no somos conscientes de que nos jugamos el bienestar futuro”, ha comentado para después afirmar que en REDIT han sido pioneros a nivel europeo y, a través de metodologías internacionales y avaladas, han comenzado a medir el impacto social de la actividad de los centros. De hecho, una de sus conclusiones es que por cada euro que se invierte en la red de centros tecnológicos, se generan 11 euros de impacto social. Por ello, considera que esta realidad contribuye a “reforzar el argumentario y sensibilizar a la sociedad”.
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