Tras la firma de venta del FROB, los los nuevos propietarios de Novagalicia Banco han elegido como nuevo nombre comercial Abanca, que comenzará a operar a partir de este viernes.
La nueva imagen corporativa, que mantiene los colores identitarios de Galicia donde centra su mayor actividad, busca dejar atrás el pasado reciente, marcado por una gestión nefasta, las millonarias indemnizaciones de los antiguos directivos de las cajas y el escándalo de las preferentes, y mantener el arraigo en el territorio.
La entidad abre una nueva etapa con una cuota de mercado del 40% con más de 600 oficinas repartidas principalmente por la comunidad gallega y con presencia en Asturias y León y la gestión de 56.000 millones de activos, después que Banesco la adquiriera por 1.000 millones de euros en la subasta del Frob.
Hasta que los venezolanos se hicieran con la entidad pasó por un tortuoso camino por las dificultades financieras que a punto estuvieron de hacerla desaparecer. Primero Caixa Galicia y Caixanova fueron obligadas a fusionarse para sobrevivir en Novacaixagalicia. Posteriormente, tuvo que ser nacionalizada. En todo este proceso, ha recibido más de 9.000 millones en ayudas públicas.
Banesco, que lleva operando la entidad desde principio de año, desembarca por completo en la firma gallega al abandonar la supervisión del Frob. Juan Carlos Escotet fundó la entidad venezolana a principio de los años noventa y ahora gestiona una de las principales entidades financieras del país con un volumen de activos de 30.000 millones. Además de en Venezuela opera en América Central, Caribe y el sur de Estados Unidos.
Escotet ocupará la vicepresidencia de Abanca, mientras que Javier Etcheverría de la Muela, será su presidente y Francisco Botas, el consejero delegado. El máximo dirigente de Banesco mantiene la misma estructura del consejo que en Banco Etcheverría, entidad que adquirió en 2012 como lanzadera para abrirse camino en el mercado español.
El papel que juegue el pequeño banco en Abanca es una de las interrogantes que se abren en el futuro de la entidad gallega. La directiva de Banesco planea integrarlo en Abanca pero todavía sin decidir si mantienen la marca comercial.
El otro reto que afronta será cumplir con las exigencias de Bruselas de reducción de tamaño en activos y una menor presencia geográfica, que incluye la reducción de plantilla en 1.000 trabajadores antes de 2016.
Una de las primeras medidas por el consejo y aprobada por la junta de accionistas ha sido elevar el sueldo de los consejeros con un máximo anual de 100.000 euros por dietas y de 500.000 euros por salario, antes limitado a 300.000 euros al tratarse de una entidad nacionalizada.
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