Barclays y Deutsche Bank, en el punto de mira de la evasión fiscal

Los 20 principales bancos europeos generaron en 2015 hasta el 26% de sus beneficios totales en paraísos fiscales, aunque estas jurisdicciones tan sólo supusieron en 12% de su facturación y el 7% de sus empleados, según el informe «Bancos en el exilio» de Oxfam y Fair Finance Guide. El estudio ha sido elaborada a partir de la información compartida obligatoriamente por estas entidades a raíz de la directiva europea sobre «informes país por país» (CBCR), que entró en vigor en 2013 y obliga al sector bancario a publicar la información referente a sus actividades financieras, incluidas sus obligaciones fiscales. Las conclusiones reflejan que todos los grandes bancos europeos declararon en estas de jurisdicciones caracterizadas por sus bajos tipos sobre Sociedades aunque el grueso de su facturación estuviera localizada en otros países. Para la ONG, los dos casos más sangrantes son los del británico Barclays y el alemán Deutsche Bank, que conjuntamente registraron hasta 2.797 millones en beneficios entre Luxemburgo, Suiza e Irlanda. El inglés Barclays es el quinto banco por tamaño en Europa y declaró unos beneficios de 5.000 millones en 2015, de los cuáles aproximadamente 900 millones correspondían a Luxemburgo, Suiza e Irlanda. Según el informe, la carga tributaria sobre estos beneficios fue de sólo 11 millones de euros, con un tipo fiscal efectivo cercano a cero. Sin embargo, los elevados beneficios declarados en estos tres países contrastan con la distribución geográfica de su actividad y plantilla. Barclays tiene más de 130.000 empleados en todo el mundo, pero sólo suman 500 entre estos tres países. Esto refleja que en 2015, estos estados supusieron hasta el 18% de los beneficios de la entidad a nivel global, pero sólo el 0,4% de su mano de obra. En el mismo sentido, la productividad media de los empleados a tiempo completo son 45.000 euros anuales, mientras que la productividad de los empleados de Barclays en Luxemburgo alcanzó la asombrosa cifra de 13 millones de euros anuales. Además, la entidad registró perdidas o leves beneficios en sus principales mercados (Italia, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Japón), lo que no cuadra con su volumen de facturación. Deutsche Bank declaró unas pérdidas globales de 6.100 millones en 2015, aunque registró unos beneficios de 1.987 millones en paraísos fiscales. Sólo en Luxemburgo la entidad alemana obtuvo 1.200 millones, dónde tributó a un tipo efectivo del 16%. Esta cifra contrasta con los 600 empleados a tiempo completo que trabajan en el país, lo que supone una productividad por cada uno de 2 millones de euros anuales. Al igual que en Barclays, este balance positivo contrasta con las fuertes pérdidas registradas en sus principales mercados de operaciones. En el otro extremo se situaron entidades como el holandés Rabobank, con un desglose de actividades y beneficios relativamente limpio. Los principales mercados de la multinacional son países europeos y Estados Unidos. En 2015, el banco declaró unas pérdidas importantes en dos países. El primero fue Estados Unidos, con 112 millones, a causa del deterioro de su fondo de comercio en California. El segundo fue Indonesia, donde la entidad registró pérdidas crediticias por las condiciones de mercado adversas. Rabobank declaró hasta 67 millones de beneficios entre Irlanda y Singapur, aunque sus márgenes y productividad por empleado no fueron anormalmente elevados por su volumen de actividad en esos países.  

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