BBVA cierra el semestre con un beneficio atribuido de 2.306 millones de euros, lo que le supone un aumento del 25,9% con respecto al primer semestre de 2016. La entidad atribuye los buenos resultados a la evolución favorable de los ingresos recurrentes, la moderación de los gatos de explotación y la reducción de los saneamientos.
El margen de intereses generado entre abril y junio (4.481 millones de euros) es el más alto de los últimos siete trimestres. Por su parte, el margen bruto semestral alcanzó 12.718 millones de euros, con un aumento interanual del 4,0% (+7,8% a tipos de cambio constantes). El crecimiento de los ingresos recurrentes (margen de intereses más comisiones), que alcanzó un 5,1%, o bien un 9,2% sin considerar el impacto de las divisas, fue el principal catalizador de su evolución. El ratio de eficiencia de la compañía se colocó por debajo del 50%, mejorando la media de los competidores europeos. El margen neto, por su parte, alcanzó los 6.407 millones de euros, con un crecimiento del 8,6%. El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres Vila, señaló que “los resultados del segundo trimestre confirman las buenas tendencias del comienzo de año, tanto en los resultados financieros como en transformación y creación de valor para el accionista”. Los indicadores de riesgo de la entidad mejoraron por la reducción de la cartera de préstamos morosos, en más de 800 millones de euros. La tasa de mora cerró el mes pasado en el 4,8%. El coste de riesgo se ha mantenido en niveles del 0,9%. El crédito bruto a la clientela creció un 1% en términos constantes con respecto a la cifra del pasado mes de diciembre. Los volúmenes de crédito aumentaron en países emergentes y continuó el desapalancamiento en España y Estados Unidos. A 30 de junio, esta línea alcanzó 424.405 millones de euros. Los depósitos de la clientela registraron una ligera disminución en el semestre hasta situarse en 394.626 millones de euros.
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