La pandemia todavía está haciendo grandes estragos en la sociedad española. No solo por la persistencia del Covid, que, gracias a las vacunas minimiza su potencial reduciendo el número de muertes y mejor tolerancia del coronavirus ante la infección. Sino porque otro de sus efectos, los niveles de pobreza y el riesgo de exclusión social, y por tanto de más desigualdad, persisten en nuestro país.
Lo indica con detalle uno de los índices más respetados en su elaboración sobre este tema en España y en el que colaboran todas las entidades y redes autonómicas que tienen algo que decir sobre el tema, y lidian cada día con él. Hablamos del Estado de la Pobreza, un exhaustivo informe y la radiografía más precisa sobre su impacto, que incluye el indicador AROPE que calibra su estado actual.
Hay más pobreza en España
La evolución Arope muestra que en España cerca de un 28% de la población, es decir, casi una de cada tres personas que vive en nuestro país, están en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Además de ser un nivel más que elevado, confirma los peores pronósticos: que desde la pandemia el nivel de pobreza o el riesgo de ser socialmente excluido por las condiciones económicas crece en casi un punto porcentual
Si hablamos de términos absolutos, en personas que se suman a ese nivel de pobreza o exclusión incluimos a 380.000 personas más, que suman a las actuales. Son un total de 13,1 millones de personas en España, para una población de 47,4 millones de habitantes.
Pero si descendemos más entre los que menos tienen comprobamos dos cosas. La primera es que los pobres son ahora más pobres en España, que justo al comienzo de la anterior crisis económica. Hablamos de pobreza severa, los hogares que viven con menos de 535 euros al mes. Son 4,8 millones de personas, el 10,3% de la población y ha aumentado hasta en 372.000 personas más en un solo año.
Más allá de la pobreza
Pero al referirnos a la pobreza o la riqueza, nos encontramos con un grupo de población intermedia, que tiene problemas para mantener una temperatura adecuada en invierno, o que no se puede permitir comer pescado, carne e incluso pollo cada dos días. Ahí hablamos de 3,9 millones de personas que sufren lo que se conoce como Privación Material Severa. Y lo que es peor, muchos de ellos tienen empleo, pero no les da para sufragar gastos.
De hecho, una de cada tres personas pobres está ocupada, mientras sube además el nivel de ciudadanos en esa situación con estudios medios e incluso universitarios. Hay 630.000 personas más en lo que se conoce como baja intensidad de empleo por hogar. Familias en las que todos sus miembros en edad de trabajar solo consiguen hacerlos por debajo del 20% de su potencial máximo. Representa al 11,6% de la población y suponen 4,4 millones de personas.
Y subiendo algún escalón más nos encontramos con otro dato sobre el que reflexionar: 45 de cada 100 ciudadanos de nuestro país tiene dificultades reales para llegar a fin de mes. Aquí hay una ligera mejora, de apenas tres décimas frente al pasado año, pero sigue siendo un nivel muy elevado. También hay que destacar que el 33,4% de los hogares no pueden afrontar los gastos imprevistos que se nos presentan cada mes, como un arreglo inesperado de un electrodoméstico o del coche.
En el estudio destacan tres aspectos importantes. El primero es el efecto de los niños y adolescentes en el nivel de pobreza de las familias. Acrecienta en todos los casos, como podemos ver en el gráfico, los índices de desigualdad.
El segundo es el sexto: las mujeres sufren en mayor medida la pobreza y sobre todo, su falta de corrección a la baja. Desde 2015 la tasa masculina baja en 2,2 puntos porcentuales y la de las mujeres en apenas 4 décimas, ya que la pobreza afecta a las mujeres en un 28,9%, con casi 7 millones de afectadas.
El tercero pasa por la desigualdad territorial si hablamos de pobreza. El norte de España, entendiendo como tal desde Madrid mirando al mapa de España hacia toda la parte de arriba, es la zona donde se evidencian mejores tasas de pobreza o exclusión social, incluso similares al resto de Europa con Navarra y País vasco con niveles del 14,7 y el 16% respectivamente.
Por el contrario, dese Castilla la Mancha a Canarias pasando por Melilla, lo cierto es que los niveles de pobreza pueden alcanzar hasta el 43% de la población.
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