Hasta 1.319 familias y empresas acudieron a concurso de acreedores durante el primer trimestre de 2017, un 3,9% más que en el mismo periodo del año anterior, según los últimos datos del INE. En concreto, el número de familias en quiebra se disparó en un 42,9%, hasta alcanzar las 263 personas, mientras que el número de empresas disminuyó en un 2,7% (1.056). En términos globales, el 80,1% de los deudores concursales fueron compañías y el 19,9% personas físicas sin actividad empresarial. Por actividades, los sectores más afectados fueron el comercio y la construcción, concentrando hasta el 35% de las quiebras empresariales. Sólo la actividad comercial acaparó el 16,4% de las empresas concursadas, mientras que la construcción el 16%. La mayoría de las declaraciones de quiebra fueron voluntarias (1.213), aunque los concursos necesarios se incrementaron en un 7,1% (106). Por naturaleza jurídica, el 79,7% de las empresas concursadas fueron sociedades limitadas, y hasta el 38% se encontraban en el tramo más bajo de volumen de negocio (hasta 250.000 euros). Otro patrón observado fue que la mayoría de las empresas que presentaron declaración tenían como mínimo un asalariado. En concreto, las de entre 50 y 99 trabajadores fueron las más afectadas (0,20% del total entró en concurso), frente a los autónomos o sociedades unipersonales (0,01% se declaró en concurso). Respecto a la antigüedad de las empresas, hasta el 22,5% del total tenía más de 20 años, mientras que el 16,5% contaba con menos de cuatro años de recorrido. A nivel territorial, Cataluña y Valencia concentraron hasta el 36,5% del total de quiebras, aunque fue Murcia la que registró una mayor subida interanual (108,7%).
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